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La autoestima en personas andróginas
Casi todo el mundo cree que es conveniente, para la buena adaptación
personal a la sociedad, que las personas posean el tipo de hombre o de mujer
tradicional.
Es decir, se piensa que la persona bien adaptada presenta una adecuada
tipificación de género (femenino, si es una mujer y masculino si es un
varón) y que las personas no tan tipificadas con respecto a su género se
adaptan peor.
Sin embargo, a la vez también se cree que una elevada feminidad en las
mujeres se relaciona con una elevada ansiedad y baja autoestima y que la
masculinidad elevada de los hombres adultos se relaciona con ansiedad y
neurosis elevadas y baja aceptación de sí mismo.
Las personas andróginas y las masculinas suelen tener una autoestima
elevada, en comparación con las personas femeninas e indiferenciadas, que
tienden a poseer una baja autoestima. La ordenación de los grupos, de mayor
a menor autoestima es: personas andróginas, masculinas, femeninas e
indiferenciadas.
Las personas andróginas de ninguna manera son inadaptadas y padecen
confusiones de identidad de papeles relativos al género; por el contrario,
indican que tienen una autoestima elevada, importante característica
psicológica. Conviene señalar que las personas masculinas suelen tener una
autoestima más elevada que las femeninas.
Carece de fundamento el supuesto que expresa que la masculinidad es mejor
para los hombres y la feminidad para las mujeres. Por ejemplo, la
masculinidad está muy correlacionada con la autoestima de los hombres, pero
también lo está con la autoestima de las mujeres. Por tanto, en el plano de
la salud psicológica, la mujer de tipo femenino puro se encuentra en
desventaja.
Aunque tanto la masculinidad como la feminidad están positivamente
relacionadas con la autoestima, la masculinidad presenta una relación más
elevada. Con independencia de que la persona sea hombre o mujer, sus
características masculinas parecen estar más relacionadas con la autoestima
y otras medidas de salud psicológica.
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