¿Qué tan apegado esta usted a las cosas? ¿Por qué ese
apego? ¿Qué le ha originado el apego? ¿Cómo relaciona el apego con su
comportamiento? ¿Qué relación hay entre el apego y el sufrimiento? ¿Qué está
haciendo para liberarse del apego?, son algunas preguntas que ya te habrás
hecho y tienes las respuesta a tu alcance.
En
este espacio queremos analizar cómo el apego repercute en el crecimiento
personal.
El apego es un tema sumamente significativo en todo
crecimiento personal por los efectos que origina, sus impedimentos,
dependencia, de ahí que consideramos muy importante el conocimiento
primordial de que sólo nosotros podemos hacernos felices y todos los
momentos presentes lo son porque tu estás en ellos. Y hoy, en el eterno
presente, en el aquí y el ahora, tú serás feliz aunque hoy te acompañe esto
o lo otro. Y podrás ir pasando de un momento a otro en la vida
disfrutándolos plenamente, sin llevar cargas emocionales del pasado. Y como
los lirios del campo y los pájaros del cielo estarás libre de preocupaciones
vanas viviendo siempre el Eterno presente.
Se nos pregunta, ¿De dónde llegó su apego? Brotó de una
mentira que llega desde tu cultura, tu sociedad, o desde tu mismo, o sea de
tu programación. Simplemente observa: miles de personas viven sin eso que
supone dueño de su felicidad; y si revisas tu pasado encontrarás algo que en
un momento dado supuso insustituible, y que el tiempo demostró que no era
así. Hoy ya ni lo recuerda. ¡Mira que pequeñas eran!. El cambio se produce
únicamente cuando se une el conocimiento a la compresión; pues son las
columnas de la Sabiduría.
No nos debe sorprender por tanto, que se comente, que la
Nueva Era requiera nuevos hombres. Y el Nuevo Hombre surge del reencuentro
consigo mismo, con la chispa divina que todos albergamos. Surge al rellenar
el abismo que lo separa de la Realidad. Surge por la fuerza apelativa del
Amor. Surge por el esfuerzo reintegrativo en lo Uno, surge cuando se ha
sorprendido inatento, apegado a las cosas perecederas, a todo aquello que le
impide crecer, ser libre, usas su libre albedrío.
Hoy más que nunca que estamos dentro del escenario en
donde el materialismo se manifiesta con muchas amenazas en contra del
crecimiento espiritual, anclando a muchos en sus cárceles, aprisionándolo,
destruyéndolo en todo aquello que le permita alimentar su espíritu, que lo
conlleve a sentirse libre de los apegos, es necesario sorprendernos que
inatentos hemos estado en relación al apego.
El apego es un estado emocional de vinculación compulsiva
a una cosa o persona determinada, originado por la creencia de que sin esa
cosa o persona, no es posible ser feliz. Por tanto, no nos debe sorprender
que tu mente diga: No puedo ser feliz si no tengo tal o cual cosa, o si tal
persona no esta conmigo. No puedes ser feliz si tal persona no le ama. No
puedes ser feliz si no tienes un trabajo seguro. No puedes ser feliz si no
le das seguridad a tu futuro. No puedes ser feliz si estás solo. No puedes
ser feliz si no tienes un cuerpo a la moda. No puedes ser feliz si los otros
actúan así. Y más cuando tu mente señala que ‘No puedes ser feliz si, su
mente está programada para demostrarte constantemente (si no es por una cosa
por otra) que no puedes ser feliz’ ¡Todo esto es falso No hay un solo
momento en tu vida en que non tengas cuanto necesitas para... Encontrarte
bien contigo mismo. Todas las cosas a las que te apegas y sin las que estas
convencido que no puedes ser feliz, son simplemente tus motivos de
angustias. Lo que te hace feliz no es la situación que te rodea, sino los
pensamientos que hay en tu mente.
De aquí entonces, que el apego es un estado emocional que
tiene dos puntas, una positiva y otra negativa. La positiva es un estado de
placer y la emoción que sientes cuando logras aquello a que estás apegado.
La negativa es la sensación de amenaza y la tensión que lo acompañan, lo que
te hace vulnerable al desorden emocional y amenaza constantemente con hacer
daño a tu paz interior.
Si no se consigue el objeto del apego, origina
infelicidad, y si se lo consigue solo produce un instante de placer seguido
de la preocupación y el temor de perderlo. ¿Podemos ganar la batalla contra
los apegos? Desde luego que sí, renunciando a ellos. Cambiando de
programación.
El amor solo puede existir en libertad. Elige entre al
apego y la felicidad. Lo que necesitas no es renunciar sino comprender,
tomar conciencia. Si tus apegos te han ocasionado sufrimiento, esa es una
gran ayuda para comprender, y si alguna vez experimentaste el sentimiento de
libertad te será útil recordarlo. Borra en ti el ¡que feliz me haces! Y el
¡esto me hace feliz!
En la medida que te sorprendas apegado, condicionado a
algo y que no, puedes liberarte de ello, debes empezar a liberarte de esa
atadura para no darle cabida al sufrimiento que es muy penoso y origina el
empobrecimiento del alma.