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La Pasión.
Los que tratan de
ser célibes con el fin de llegar a Dios no son castos porque están
buscando un resultado, un beneficio, y así sustituyen el sexo por el
objetivo en perspectiva; eso es miedo. Sus corazones carecen de amor y de
pureza, y sólo un corazón puro puede dar con la realidad. Un corazón
disciplinado, reprimido, no puede saber qué es el amor, que son los
sentimientos, que son las tristezas, los desengaños y las frustraciones.
De esa manera limita su conocimiento propio, crea un caparazón que no le
deja aprender de sus propias debilidades.
No puede ser
generoso, entregarse completamente sin pensar en sí mismo. Sólo cuando la
mente y el corazón están aliviados de la carga del miedo, de la rutina de
los hábitos sensuales, cuando hay generosidad y compasión, hay amor. Tal
amor es casto y la pasión que conlleva también.
Castigarse a sí
mismo, ¿implica una vida religiosa? La mortificación del cuerpo o de la
mente, ¿es un signo de comprensión? ¿Es la autotortura un camino hacia la
realidad? La castidad, ¿es negación? ¿Piensan ustedes que por medio del
renunciamiento pueden llegar muy lejos?
El dolor no es el
camino hacia la felicidad. Lo que llamamos pasión ha de ser
comprendido y no reprimido o sublimado, y de nada sirve buscarle un
sustituto. Amar o amar apasionadamente ha de ser comprendido. Amar es estar
en comunión directa; y no podemos amar algo o a alguien si nos sentimos
agraviados por ellos, si tenemos ideas, conclusiones al respecto. ¿Cómo
puede uno amar y comprender la pasión si ha tomado un voto contra ella? Un
voto así es una forma de resistencia, una automutilación, y aquello que
resistimos finalmente nos conquista. La verdad no puede ser conquistada,
ustedes no pueden tomarla por asalto, se les escabullirá de las manos si
intentan atraparla. La verdad llega silenciosamente, sin nuestro
conocimiento. Lo que conocemos no es la verdad, es sólo una idea, un
símbolo. La sombra no es real.
En la mayoría de
nosotros hay muy poca pasión. Podemos ser voluptuosos, anhelar algo con
ansia, desear huir de algo, y todo esto nos da cierta intensidad.
Pero a menos que
despertemos y exploremos en esta llama de la pasión sin causa, no podremos
comprender eso que llamamos dolor. ¿Castidad? ¿Para qué? Todo lo que limita
nuestro aprendizaje en esta vida es negativo, dejar de sentir , de vivir, de
experimentar, de sufrir es... comodidad.
Sin pasión y sin
haberla vivido, no hay belleza.
Deja que esa llama
te devore, que entre dentro de ti y te haga sentir lo que de otra manera
sólo leerás.
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