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LA CONSCIENCIA Y EL
CONOCIMIENTO PROPIO
El
yo está entretejido con la conciencia, y ésta es la puerta de entrada a la
realidad. En estado impuro, la conciencia extingue la luz; en estado puro,
la irradia.
Desde el punto de
vista de la mente humana, qué triste es que las ilusiones hayan de ser
destrozadas. Pero nosotros consideramos mucho más prudente y mucho menos
doloroso destrozar esas ilusiones mediante el diestro uso del discernimiento
espiritual, a que dichas ilusiones sean quebradas por la ley superior cuando
ésta le devuelva a la puerta de cada hombre las energías negativas que él ha
enviado.
El anhelo
de entablar amistad con Dios y con el hombre
Viajemos por
la noche de la razón humana. Atravesando la maleza de una tierra salvaje,
¡de repente aparece una luz! Es una luz situada en la cima de un monte,
Vagamente, entre la niebla, percibimos un viejo castillo. Y el débil rayo de
luz de la ventana es un resplandeciente filamento de esperanza.
Allí hay
alguien, alguien que nos recibirá. Nos acercamos con cautela. Pero al
aproximarnos, el corazón, previendo una cálida recepción, se regocija. Sí,
grande es la esperanza que el corazón alberga por escuchar la palabra
"amigo".
Llegamos así a
la regla de oro: "Todo cuanto queráis que os hagan los hombres,
hacédselo también vosotros a ellos". Al usar las energías de Dios,
(utilizaremos el termino Dios para referirnos al Ser Universal, sin tener
ninguna trascendencia religiosa concreta) o al abusar de ellas, atraemos una
cadena de afinidades que une muchas de nuestras vidas pasadas con la
presente.
Algunas veces
las madejas del reconocimiento aparecen en un momentáneo hilo de contacto.
Las almas entran en contacto con lo amargo y lo dulce de la experiencia
pasajera cuando un toque hace tiempo olvidado provoca que cobre vida una
relación humana. Si pones este motivo a contraluz frente a la ventana del
castillo, comprenderás cómo los hombres buscan el pasado con el anhelo de
ser aceptados, de entablar amistades y de sentir que pertenecen a algo.
Unidad
material y espiritual
Hazte las
siguientes preguntas: ¿Crea el Creador eterno sin la esperanza de que Su
creación alcance la unidad espiritual? ¿Debería la unidad ser sólo
espiritual o debería ser tanto espiritual como material?
Cuando tienes
conocimiento de la llama de la vida que arde dentro de tu alma, percibes
tanto las cualidades naturales de la vida como las sobrenaturales. Lo
natural puede adquirir propiedades sobrenaturales o inusuales, en tanto que
lo sobrenatural puede parecer natural.
Independientemente de lo que la otra persona pueda llegar a hacerte, nunca
hay excusa que justifique el hecho de devolver a esa persona, con la misma
moneda, un acto de maldad. Ello no excluye la posibilidad de que el
individuo, con la dignidad de su ser, evite subordinarse a la necedad
humana. Por lo tanto, por reverencia al resplandor de divinidad que se
encuentra en el alma, los hombres pueden extender el bálsamo del perdón a
todos con quienes se encuentren, sin por ello convertirse en víctimas de
energías perversas. De esta manera podemos construir la nobleza de carácter
a imitación del Ser Divino.
Liberación
de estados de ánimo agobiantes
Que todos
aprendan, pues, que hay que amar por igual a amigos y enemigos. Algunas
veces los amigos son más peligrosos que los enemigos, porque los enemigos
sabemos que lo son, pero a los amigos sólo los conocemos como tales, aunque
puede que sus pensamientos de crítica y control sean casi audibles. Muchas
veces los hilos del egoísmo, tejidos por debajo de la superficie de la
conciencia, motivan a los individuos a intentar controlar ilícitamente las
vidas de los demás.
Cuando alguien
busca consejo, éste se puede ofrecer con impunidad. Cuando se ofrece el
consejo sin que haya sido solicitado, con frecuencia se convierte en una
responsabilidad kármica. Y cuando es despreciado, el invisible choque de una
mente contra otra crea karma para ambas partes.
Hay veces en
que la turbulencia y la tensión presente entre las personas le dejan a uno
con una sensación deprimente en el estómago, debido a que toda discordia
establece una interferencia con el patrón de energía/luz que pasa por el
plexo solar. El primer paso para lograr la integración sana con la presencia
divina es eliminar la tensión de los cuatro cuerpos inferiores: del cuerpo
físico, del cuerpo de los deseos, del cuerpo mental y del cuerpo de la
memoria.
Los años
pasan, y también pasan las vidas. Los asuntos humanos son, con frecuencia,
un embrollo. Pero la mejor manera de desenredarse uno mismo, y de desenredar
las energías de los patrones kármicos que regresan hasta nosotros para su
solución, es conservar la sensación de estar unido al Ser de Luz y a todos
sus hijos e hijas. El simple hecho de tener problemas con alguien no quiere
decir que esos problemas deban continuar. Permite que tus experiencias le
enseñen al alma oprimida a liberarse de los estados de ánimo agobiantes.
La ira es
un peligro para el alma
Cuando los
hombres se burlan de los principios y violan aquellos que son básicos en la
vida, esto puede, legítimamente, provocar indignación en otros. Existe la
ira justa, pero ésta tiene que ver con principios y no con personas.
Uno nunca
debería dirigir su ira hacia otra persona. Cual nubarrón que oculta el Sol,
las oscuras nubes de la ira ocultan el sol del alma.
Si una persona
se acuesta sintiéndose injustamente colérica con alguien, la funda astral,
conocida por ka, puede salir de esa persona cargada de ira y la puede
dirigir contra la confiada víctima. Incluso sin que uno sea consciente de
ello, la ira que no hemos controlado puede ser un instrumento provocador de
desgracias o incluso de muerte súbita para nuestro prójimo.
Mientras una
persona duerme la mente subconsciente asume el control y, entonces, el
fantasmal ka, que no está bajo el gobierno de la mente consciente y
con capacidad de discernimiento, se dedica a realizar los deseos
desenfrenados. Cuando la persona se despierta por la mañana, no conserva
recuerdo alguno de las fechorías de su ka. Sin embargo, será
kármicamente responsable del daño que su subconsciente haya inflingido a un
enemigo o a una víctima inocente.
Por lo tanto,
antes de que se ponga el Sol y te acuestes, es importante hacer las paces
con el Ser de Luz y con el hombre en todos los niveles de conciencia.
Abre la
puerta de la alegría y la realidad
Cuando los
hombres se atavían con la vestidura de la avaricia y del egoísmo, se cubren
de absurdas idiosincrasias. Cuando moldean sus vidas con caprichos en lugar
de con la geometría de la ley cósmica, cuando imaginan que Dios es por
completo impersonal y que no siente interés personal por ellos o por su
destino, le cierran la puerta a la alegría y a la realidad.
Para quien
está comenzando a comprender que él mismo es un componente del Ser de Luz,
el mundo es una nova. La aurora de cada día le reanima. El mundo renace a su
alrededor. Su cansada alma se deshace de fantasías y frustraciones. Al fin,
abre los ojos y contempla la realidad.
Desde el
principio de los tiempos hasta el final, Dios ha enviado y enviará maestros
servidores para que enseñen a Sus hijos a seguir los caminos de la
automaestría que les conducirán a reunirse con Él. El Ser de Luz procura que
todos Sus hijos sean elevados gradual y permanentemente a la visión del yo
que revela la totalidad del hombre divino, el Yo real.
***
¿Que es
la consciencia?
¿Es el
mecanismo biológico que nos da cuerpo como seres individuales?
¿El que
nos define como ser, distinto, a los "otros"?
Durante
mucho tiempo se ha considerado que la vida psíquica sólo tenia lugar
en la esfera consciente del hombre y que aquellos procesos que no se
actualizaban en la conciencia carecían de existencia. Si se admite
esta afirmación nos encontraremos con que nos es imposible comprender
una serie de fenómenos que diariamente observamos. Así, por ejemplo,
¿cómo nos explicaremos que un joven de catorce años se dedique a robar
dinero a pesar de la educación familiar y contra todo punto de vista
lógico? El muchacho sabe que no debe robar (consciencia) que el
persistir en su conducta le traerá complicaciones e incluso severos
castigos, pero a pesar de todo, roba. Algo le impulsa desde su
interior a realizar estas acciones.
Es la
exteriorización de lo inconsciente.
Vemos
pues, que en el inconsciente tiene lugar un proceso psiquico muy
complicado que se manifiesta a través de una conducta extraviada. Si
preguntáramos a este muchacho por qué sigue robando, seguramente sería
incapaz de darnos ninguna respuesta.
El
acontecer psíquico inconsciente no actúa solamente en casos
excepcionales, sino que influye en toda nuestra vida consciente con
fenómenos de los que no podemos dar razón. En todos los casos tienen
lugar muchos más acontecimientos en la vida inconsciente que en la
propia esfera consciente.
Sólo una
parte pequeña de lo que nos sucede se manifiesta con claridad
consciente; la mayor parte permanece oculto aunque influye
decisivamente en nuestra vida y la condiciona terrible y fatalmente.
Analizando estas razones, nos damos cuenta, de que debemos ejercitar
la consciencia lo máximo posible.
Para
comprender los innumerables problemas que tiene cada uno de nosotros,
¿no es esencial que haya conocimiento propio (consciencia)?
Esa
percepción alerta respecto de uno mismo es una de las cosas más
difíciles que hay; no significa aislamiento, un retirarse del mundo.
Obviamente, es esencial que nos conozcamos, pero ello no implica que
hayamos de separarnos de nuestras relaciones. Sería, por cierto, un
error pensar que uno puede conocerse a sí mismo de una manera
significativa, completa, plena, mediante el aislamiento, la exclusión,
o acudiendo a algún psicólogo o a algún sacerdote, o que puede
aprender conocimiento propio por medio de un libro.
El
conocimiento propio es un proceso, no es un fin en sí mismo, y para
conocernos debemos estar atentos a nosotros mismos en la acción, la
cual es relación. Uno se descubre a sí mismo, no en el aislamiento, no
en el retiro, sino en la relación: relación con la sociedad,
con nuestra esposa, nuestro marido, nuestro hermano; relación con la
humanidad.
La
transformación del mundo resulta de la transformación de uno mismo,
porque uno mismo es producto y parte del proceso total de la
existencia. Sin conocer lo que somos, no hay base para el recto pensar
ni puede haber transformación alguna.
El
conocimiento propio es el descubrimiento, de instante en instante, de
las modalidades del "yo", de sus intenciones y de su actividad, sus
pensamientos y apetitos. Jamás puede existir "su experiencia" y "mi
experiencia"; la expresión misma "mi experiencia" indica ignorancia,
demuestra que uno acepta la ilusión.
Y en
ella aflora... la inconsciencia.
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