|
EL CONTROL DEL YO
Hemos
tratado de colocar sobre el yo lo que podríamos denominar la llama dorada
de la iluminación misma. Y, si bien hemos revelado una página, quedan aún
volúmenes por escribir y por leer. No obstante, es pertinente que se haga
un resumen útil de una parte de lo que hemos presentado.
El regocijo que sentirá el hombre en torno a las leyes interiores de su
propio ser aumentará en majestuosidad y poder cuando comprenda que el
regalo del control está en sus manos. Muchos esperan a que las condiciones
externas moldeen su vida, y reconocemos que es cierto en gran medida que
las circunstancias externas controlan las vidas de los hombres.
Pero los hombres deben reconocer que las afinidades interiores del alma y
las acumulaciones de buen y mal karma son los promotores de su destino.
Por tanto, es esencial comprender al hombre interior para llegar a
adquirir el control de la Tierra.
Controlar el mundo de uno tal como la Divinidad lo pretende no incluye el
ejercer un control mortal sobre los demás. Como tampoco implica que los
individuos deban sentirse afectados por todos los caprichos de los
pensamientos y sentimientos mortales. Sin embargo, demasiados hijos de la
Luz en la Tierra están sujetos, sin saberlo, al control de otros cuyos
ideales y propósitos no son parte del plan divino, sino parte de su propio
plan de dominación personal.
Control y dominación no son la misma cosa. Asumir el control quiere decir
ser consciente del potencial cósmico que ha sido implantado dentro del yo
como regalo del Dios vivo. Entonces uno comienza a manifestar en el mundo
externo de la forma el hermoso patrón que Dios sostiene para cada hombre.
Por otro lado, la dominación de la humanidad es la usurpación de su libre
albedrío.
Uno de los mayores errores del hombre es no exteriorizar el plan Divino,
primero en el mundo interior de la mente para después hacerlo en el mundo
externo de la manifestación. Porque el plan divino está íntimamente ligado
a las sutilezas del resplandor interior que posee el hombre interno del
corazón. Cuando ese plan pasa por la turbia corriente de la mente
subconsciente, llena como está de la mezcolanza de vanas imaginaciones, la
mente exterior lo pierde temporalmente y no puede sino producir en el
escenario de la vida la perdición de la ignorancia.
La purificación de la propia conciencia es, por tanto, un requisito vital
tanto para el principiante como para el estudiante más avanzado en el
Sendero que verdaderamente desee encontrar el camino de regreso al Ser
Universal. El alado Yo Divino no puede volar cuando sus alas han sido
recortadas por las vanidades humanas o por las limitaciones que el hombre
se impone a sí mismo.
El hombre es verdaderamente un Dios en exilio, pero no tiene que seguir
siéndolo. Puede purificar su mundo si acude al corazón de Dios, y puede
invocar aquellos patrones de la llama cósmica.
Lo que ha promovido los sentimientos de culpa ha sido tanto el sentido de
pecado como la involucración en la iniquidad. Ambos hacen que los hombres
se endeuden cada vez más, sencillamente porque no pagan las deudas en las
que ya han incurrido.
Demasiados hijos de la Tierra que buscan la luz no entienden que ellos
mismos han creado una pila de escombros; es más, no saben que nunca podrán
terminar la hermosa obra del desarrollo del alma hasta que hayan
comprometido sus energías con el proceso de la autopurificación.
Te has planteado la pregunta: ¿Debe un hombre purificar y desarrollar su
alma simultáneamente, o debe completar su purificación antes de comenzar
su desarrollo?
Amigos, lo primero es lo primero. La purificación es desarrollo, porque
hasta para construir una casa hay que limpiar el terreno y prepararlo
antes de poder echar los cimientos.
Uno de los problemas al que se enfrentan con frecuencia los estudiantes
más avanzados es resultado de estudiar una gran cantidad de la ley
espiritual. A menudo han estudiado con muchos instructores y
organizaciones que enseñan verdades parciales pero eficaces. En ciertos
momentos del camino, estos estudiantes se sienten empujados a dejar a un
lado todo lo que han aprendido para captar el símbolo eterno de la
progresión.
Hay que saber que aunque los nombres pueden ser diferentes, los procesos
son los mismos. Reconocemos que , de un instructor a otro, varían las
técnicas y verdades recomendadas e impartidas para la espiritualización,
pero el individuo debería recordar siempre que lo que no cambia es la
relación que tiene con su Presencia Divina.
Por lo tanto, sobre el estudiante recae la responsabilidad de extraer de
las enseñanzas la aplicación eficaz que le permita beneficiarse al máximo.
No exoneramos al instructor de la responsabilidad de presentar la
enseñanza de la mejor manera posible, pero ¿cuál es esa mejor manera
posible cuando uno trata con mentes que están en diversas etapas de
progreso y que proceden de diferentes comienzos?
Entorpecidos por la semántica, algunos se pierden completamente y, al
final, abandonan la búsqueda de la verdad. Esto es innecesario, porque
incluso el estudiante más avanzado no entorpece su progreso al volver a
examinar, a modo de revisión, los principios básicos de las leyes
espirituales. Sencillamente, el que se domine un idioma no quiere decir
que uno no pueda sacarle provecho a la revisión de los primeros libros o
frases ya olvidadas.
Esa revisión con frecuencia revitaliza el proceso imaginativo y te permite
captar una imagen interna de una multitud de temas. Cuando éstos se
integran en tu ser, aumentan tu compendio de conocimientos que tan valioso
resulta a la hora de vivir.
Las artes divinas no son diferentes de las humanas. Y preferimos pensar
que vivir es en realidad un arte divino, aunque una enorme cantidad de
seres humanos no le prestan atención a vivir dando la vida por sentada.
Demasiados seres humanos funcionan mecánicamente, repitiendo con
regularidad cíclica sus aburridas rutinas, sin comprender nunca la
oportunidad que tienen de alumbrar con la luz las tareas más sencillas y
humildes. Cualquier cosa que hagas puede contribuir no sólo al desarrollo
de tu propio ser y a un entendimiento diario de tu Yo Superior, sino que
también puede brindarles un rayo de esperanza a aquéllos con quienes estés
asociado.
La gracia, que no es tan orgullosa como para no convertirse en un niño en
lo referente a cosas espirituales, como para no agacharse y así entrar por
la estrecha y a veces baja puerta de los acontecimientos, se encontrará
finalmente a los pies de la gracia infinita. Sin duda, un día, el amanecer
de tu Yo Superior se convertirá en mediodía, y el cumplimiento de los
ciclos del ser indicará el regreso a la realidad Cósmica.
|
|