LAS CREENCIAS RELIGIOSAS
A
los ojos de medio mundo, históricamente, un ateo ha sido la mayor aberración
que puede haber. Se toleran más o menos el resto de religiones; incluso las
que distan mucho de la personal, puesto que a fin de cuentas comparten un
sentimiento: son religiosos.
A mí me
intriga la causa antropológica de las religiones. Puedo llegar a entender
que una persona en su contemplación personal del mundo alcance cierta
sensación de reverencia ante la realidad que descubre y que llegue a formar
un conjunto de creencias personales, indemostrables, en las que cree
firmemente sin más prueba que su propia sensación de que es la verdad. Pero
no consigo encontrar sentido a la creencia colectiva. Podríamos hacer un
razonamiento histórico: dos personas que han elaborado esas creencias
indemostrables, al contrastarlas, encontrarán muchos elementos comunes; a
fin de cuentas la realidad que ambos viven, en medioambiente y cultura, es
semejante. La sorpresa de esas dos personas sería enorme. Si tú crees en
esto y yo también, entonces debe ser verdad. Dejarán a un lado las
diferencias menores y agregarán a personas que tienen sentimientos
semejantes hasta formar un sistema y una institución: una religión. No
pretendo en este momento analizar las incongruencias de cada religión, sino
hacer una llamada de atención ante lo que es la colectivización ideológica
religiosa.
Opino que el
carácter del ser humano como animal social es innegable. El hombre busca
compulsivamente rodearse de semejantes, estar con la masa. Las creencias
religiosas han aprovechado esa circunstancia de un modo significativo. Las
religiones no se apoyan en dogmas, ritos o reflexiones; las religiones se
sustentan en la masa. Y hemos de destacar que, siendo casi todo el mundo
individualmente más o menos sensato, la masa es siempre irracional.
Lo más
parecido a las creencias personales son las interpretaciones "propias" de
religiones establecidas. Incluso de vez en cuando, alguien adquiere sus
propias creencias, que no tienen nada que ver con ninguna religión
sistemática. Esos individuos han sido históricamente eliminados de raíz. La
herejía, la blasfemia, atentan contra la irracionalidad de la masa
amenazando el sistema que sostienen.
Me llama la
atención cómo los sistemas de creencias inciden en reunir a sus seguidores
de modo conjunto. El calor de la multitud acalla la capacidad de pensar.
También es
revelador contemplar cómo las religiones se apresuran a escribir y "guiar"
las páginas en blanco que son los niños como si la posibilidad de que una
nueva y libre impresión del mundo amenazara la existencia del sistema.
Porque así es:
Un sistema, cualquier sistema (un gobierno, una religión, un sindicato...)
es un ente en sí mismo. Existe; vive. Y la prioridad de cualquier ente vivo
es prolongar su existencia. La prioridad de un gobierno no es gobernar, ni
la de una religión sostener sus dogmas, ni la de un sindicato proteger a sus
trabajadores. La prioridad es perdurar en el tiempo. Así, un gobierno
sacrificará cuantos organismos sean necesarios para seguir en el poder. Un
sindicato hará "la vista gorda" ante ciertas situaciones si de este modo
puede acrecentar su influencia y perdurabilidad. Una religión sacrificará
dogmas, fieles, principios, para conseguir los medios que le hagan perdurar.
Y cualquier
ente vivo intentará eliminar los elementos que amenacen su existencia.
Jamás
discutiré las creencias de alguien que me hable de ellas desde su
individualidad. Jamás escucharé las del que me hable en nombre de la masa.
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