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humanidad |
LA DEFORESTACIÓN
La
deforestación es la destrucción a gran escala de los bosques por la acción
humana. Millones de hectáreas se degradan o destruyen anualmente. Éstas son
taladas o quemadas, aproximadamente el equivalente a la superficie de un
campo de fútbol cada dos segundos. La deforestación avanza a un ritmo de
unas 17 millones de hectáreas al año – el equivalente a una superficie que
supera a la de Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte juntas. Estamos
perdiendo los más frondosos bosques tropicales.
Hace 8.000 años habían una 6.000 millones de hectáreas.
Desde entonces se ha destruido más de la mitad de la cubierta forestal de la
Tierra. De la 3.000 millones de hectáreas que quedan en la actualidad sólo
el 40% son bosques primarios lo suficientemente grandes para albergar la
flora y la fauna originales sin soportar el peligro de la pérdida de la
biodiversidad. Tres países -Rusia, Canadá y Brasil- albergan el 70% de la
superficie de este tipo de bosques.
La deforestación no es lo mismo que la degradación
forestal, que consiste en una reducción de la calidad del bosque. Ambos
procesos están vinculados y provocan diversos problemas. Pueden producir la
erosión del suelo y la desestabilización de las capas freáticas, lo que a su
vez favorece las inundaciones o sequías. Reducen la biodiversidad, lo que
resulta sobre todo significativo en los bosques tropicales, que albergan
buena parte de la biodiversidad del mundo.
Los bosques desempeñan un papel clave en el
almacenamiento del carbono, pues son los pulmones de la Tierra. Cuando se
destruyen, el exceso de dióxido de carbono en la atmósfera contribuye al
calentamiento global de la Tierra, y esto comporta multitud de efectos
secundarios problemáticos.
Varias pueden ser las causas de la destrucción de bosques primarios. Entre
ellas se encuentran la explotación forestal industrial, la minería, la
transformación de los bosques en terrenos agrícolas, los incendios, las
inundaciones, la urbanización y la construcción de infraestructuras.
La
explotación forestal industrial con fines comerciales representa, con mucho,
el mayor peligro para las fronteras forestales. Gran parte de los bosques
que quedan se encuentran amenazados. La explotación forestal industrial
representa por sí sola la mayor amenaza para los bosques primarios que
quedan en el mundo.
En las
regiones templadas la agricultura se ha basado en la eliminación de los
bosques aprovechando la fertilidad de sus suelos. Pero los procesos de
deforestación son, por lo general, más destructivos en los trópicos. La
mayor parte de los suelos forestales tropicales son mucho menos fértiles que
los de las regiones templadas y resultan fácilmente erosionables al proceso
de lixiviación, causado por la elevada pluviosidad que impide la acumulación
de nutrientes en el suelo. No obstante, las políticas coloniales se basaban
en el supuesto, equivocado, de que un bosque exuberante significaba suelos
fértiles. Con ellas se pretende conquistar los bosques, sobre todo para
destinarlos a los cultivos comerciales y a la agricultura, y se deja un
legado de suelos exhaustos.
La deforestación tropical aumentó
rápidamente a partir de 1.950, con la ayuda de maquinaria pesada. Desde
entonces, el crecimiento de las poblaciones humanas ha llevado también a la
destrucción de zonas forestales por la vía más difícil, a mano. Las tasas
anuales de deforestación en 52 países tropicales prácticamente se duplicaron
los últimos años del siglo pasado.
También está habiendo deforestación y degradación en
zonas áridas y de montaña que poseen ya una cubierta forestal limitada y son
entornos frágiles, expuestos a la erosión de los suelos y otras formas de
degradación, y donde las comunidades pobres dependen mucho de los bosques
para su alimentación, sus combustibles y sus ingresos. Los bosques
higrofíticos tropicales y los bosques tropicales húmedos, que tienen
importancia económica y social local y significación mundial para la
conservación de la diversidad biológica y la regularización del clima, están
también experimentando una rápida destrucción. Entre las principales causas
de la degradación forestal en estos países destacan el excesivo acopio de
leña, el sobrepastoreo, los incendios y las malas prácticas y abuso en el
aprovechamiento de la madera.
Los problemas que resultan más preocupantes en los países
desarrollados son otros. Las principales amenazas de los bosques son, en
este caso, los incendios, las plagas y enfermedades y la contaminación
atmosférica. El empeoramiento de la situación de los bosques debería ser
objeto de grave preocupación en Europa y América del Norte.
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