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El
desplazamiento de las poblaciones
Debido a la pobreza, millones de personas se ven obligados a abandonar sus
hogares y, lejos de ellos, intentar cubrir sus necesidades básicas. Las
personas que viven en los países pobres suelen encontrarse en una franja de
edad joven. Pero estos países no pueden, por depender de un sistema
globalizado, integrar a esta juventud. Y de aquí surgen los desplazamientos
de la población y, a la vez, una crisis social de identidad sin precedentes
en las poblaciones afectadas. La globalización crea un pueblo “globalizado”,
que toma vida en estas emigraciones. Toda sociedad pobre, llena de jóvenes
sin futuro, contribuye a la formación de este pueblo nómada destinado a
migrar hacia las zonas de esta Tierra en donde hay “prosperidad”. Este
pueblo nómada, aunque marcado por su identidad cultural de origen por su
pertenencia nacional, está destinado a modificar sus referencias de
identidad y de nacionalidad al irse a residir y echar raíces a otro lugar, y
a sufrir la deshonra que suele traer el pertenecer a otro pueblo o raza.
Trabajadores,
comerciantes, artesanos, hombres de negocios, estudiantes, técnicos,
científicos…La inmigración significa la marcha de la comunidad de las
personas más productivas, la partida de las capas más dinámicas de las
sociedades afectadas. Los países pobres dejan de beneficiarse de esa
potencialidad y riqueza que han creado a costa de importantes sacrificios de
la comunidad.
El flujo anual de inmigrantes
está creciendo a un ritmo más rápido que nunca, y muchos de ellos sufren
violaciones de sus derechos como seres humanos. Los inmigrantes no suelen
conocer ni las leyes ni las condiciones locales y, además, no tienen las
mismas protecciones de las leyes nacionales de las que gozan los naturales
del país. La sociedad que los recibe tiende a estar en contra de los
extranjeros, en especial cuando pertenecen a un grupo cultural, religioso o
étnico diferente.
Un
atropello de los derechos humanos se encuentra en la explotación laboral que
sufren muchos trabajadores inmigrantes. El sistema capitalista que sustenta
al Poder induce a industrias poco competitivas, a empresas marginales y a
numerosas empresas familiares con baja productividad, que luchan por
sobrevivir en ese tipo de economía, a explotar a trabajadores inmigrantes
mal pagados, dóciles y con frecuencia irregulares.
Muchos inmigrantes buscan refugio y asilo por motivos ideológicos o
escapando a conflictos armados, otros son víctimas del tráfico humano. Todos
los inmigrantes han sufrido las restricciones a ciertas libertades en
general y a las libertades civiles, como parte de campañas contra el
terrorismo. La mayoría de esas medidas se aplican a la totalidad de la
población, pero los inmigrantes, incluso los residentes extranjeros de larga
data y hasta los que son ciudadanos naturalizados, se encuentran entre los
más perjudicados. Muchos de ellos son arrestados secretamente y
encarcelados. La lucha contra el terrorismo es una lucha contra los
inmigrantes.
Los gobiernos
se sirven de la situación de inseguridad que existe en todo el planeta para
implantar una tendenciosa campaña de represión contra los ciudadanos. Hoy en
día son algo habitual la implantación de nuevas medidas en relación a las
migraciones, utilizándose como pretexto que éstas nuevas leyes contribuyen a
mejorar las condiciones de seguridad de la población y estableciéndose una
asociación simplista entre inmigrantes, inseguridad y desocupación.
Pero la
realidad es otra, pues el motivo que lleva a una persona a decidir
trasladarse a otro país, dejando en muchos casos sus familias directas, sus
vínculos, sus pertenencias, su historia y su cultura es encontrar mejores
condiciones de vida que permitan, en algunos casos, la mínima subsistencia.
Siendo así, lo más probable que estas personas agoten todos sus recursos en
buscar una mejor alternativa. Emigran creyendo que mejorarán sus condiciones
de vida, un inmigrante no piensa que sería mejor trasladarse a otro país
porqué sea más fácil delinquir.
Una gran
cantidad de inmigrantes, en todo el mundo, son tachados y tratados como
“ilegales”. Esto es una atrocidad. Ningún ser humano es "ilegal", son los
Estados, sus Jerarquías y sus objetivos los que en verdad son “ilegales” e
inmorales y provocan el desorden en la Tierra.

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