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DISCERNIMIENTO: EL PODER DEL GUERRERO
Un
estado muy poderoso de consciencia es considerarse a uno mismo un
guerrero espiritual. Esta consciencia nos recuerda que siempre estamos
en el campo de batalla. Lo interesante es que no existe ningún enemigo
fuera de nosotros, ni nada externo por lo que batallar. El campo de
batalla está en nuestra consciencia y el enemigo son nuestras propias
debilidades, nuestros propios vicios y defectos.
Así como un guerrero renuncia a todas las comodidades y relaciones y
sólo mantiene la batalla y la victoria en su intelecto, manteniéndose
involucrado en cumplir su meta, de la misma forma podemos revisar si
mantenemos esos dos aspectos claramente en nuestra consciencia. No
importa dónde estemos, podemos mantener siempre la consciencia de que
somos guerreros en el campo de batalla. Un guerrero no ama el descanso,
no es ni perezoso ni descuidado. Es valiente y está alerta. Siempre
lleva consigo sus armas.
A nivel espiritual, las armas son los poderes del alma, el poder de la
introspección, de la tolerancia, de poner un punto final y de empaquetar
las situaciones en nuestra mente, entre otros. No sólo necesitamos tener
estos poderes, sino utilizarlos de la manera correcta y en el momento
adecuado. Para ello es esencial el poder de discernir, el poder más
elevado, el que nos permite elegir los pensamientos, palabras y acciones
precisos en cada momento.
El guerrero espiritual sabe que la verdadera libertad está en alcanzar
el estado libre de ataduras. La atadura más sutil es la consciencia del
cuerpo físico. Después están las ataduras de las relaciones y las
comodidades materiales. La práctica del guerrero espiritual es tomar el
apoyo del cuerpo cuando lo desea e ir más allá de la consciencia del
cuerpo físico cuando lo desea, de forma que el cuerpo no tire del
intelecto ni lo más mínimo. También liberarse de la naturaleza y
patrones viejos de la personalidad, así como de la dependencia y apego a
las relaciones y medios materiales.
Ésta es la batalla que libra a cada instante un guerrero con su
principal arma… el discernimiento.

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