LA GRATITUD
Veo
árboles verdes y rosas rojas;
Las veo
florecer por ti y por mí,
Y pienso para
mis adentros:
¡Qué mundo tan
maravilloso!
Veo cielos
azules y nubes blancas;
El día
luminoso y bendito, la noche oscura y sagrada,
Y pienso para
mis adentros:
¡Qué mundo tan
maravilloso!
Los colores
del arco iris, tan bonitos en el cielo,
También están
en el rostro de la gente que pasa;
Veo a amigos
que se dan la mano y se dicen: "¿Cómo estás?"
En realidad se
dicen: "Te quiero."
Oigo llorar a
los recién nacidos; los veo crecer.
Aprenderán
mucho más de lo que yo llegaré a saber.
Y pienso para
mis adentros:
¡Qué mundo tan
maravilloso!
Bonita canción,
¿verdad? Parece que a muchos les gusta. Pero ¿es verdaderamente
maravilloso el mundo? Al fin y al cabo, sería igualmente fácil cantar:
Veo niños hambrientos
y hombres sin esperanza,
Y guerras sin
sentido que nadie puede ganar,
Y pienso para
mis adentros:
¡Qué mundo tan
terrible!
¿Cuál de las
canciones sería más correcta?
No podemos
preguntar con justicia cómo es este mundo. Se podría discutir hasta el
infinito. El mundo es una sucesión interminable de manchas de tinta
(tarjetas de test de Rorschach) en tres dimensiones, con sonido, textura,
olor y sabor. Algunas personas ven cosas hermosas; otras personas ven
cosas feas y horribles. Lo más frecuente es que las personas vean cosas
corrientes y rutinarias.
Todos
comprendemos intuitivamente que tenemos derecho a nuestras propias
percepciones, sentimientos, opiniones y recuerdos. Cuando alguien pone en
tela de juicio ese derecho, nos sentimos ofendidos como una cosa natural. Si
yo me doy un golpe en los dedos del pie, tan fuerte que se me saltan las
lágrimas, y alguien me dice: "¡Vamos, no puede haberte dolido tanto! ¡Deja
de dramatizar!", yo me sentiré ofendido. Si alguien me reprocha por reírme
mucho y con fuerza, diciéndome que "la cosa no tiene tanta gracia", también
me sentiré ofendido, por el mismo motivo. Si alguien dice: "Lo que has visto
en la mancha de tinta no es lo correcto", también es ofensivo.
La práctica de la Gratitud no le exige que censure sus percepciones, sus
opiniones, sus sentimientos ni sus recuerdos, ni que los edulcore. La
práctica de la Gratitud no le exige que corte sus percepciones del mundo a
la medida de las especificaciones que yo le propongo. La práctica de la
Gratitud no le exige ver siempre jardines y no ver nunca cosas
desagradables.
Cuando
practicamos la Gratitud, recordamos con toda la frecuencia que nos sea
posible que el mundo es una sucesión interminable de estímulos ambiguos, una
sucesión interminable de manchas de tinta. Siempre tenemos la posibilidad de
volver a mirar. A veces, cuando usted vuelva a mirar, encontrará algo de lo
que estar agradecido, algo que podría habérsele pasado por alto de otra
modo. Esto le sucederá con mayor frecuencia si hace sitio para la Gratitud
en su corazón y le da la bienvenida.
La Gratitud
siempre es un podría, nunca un debería. La diferencia entre "usted
debería practicar la Gratitud" y "usted podría practicar la
Gratitud" es semejante a la diferencia entre "debes comer helados" y
"puedes comer helados". Si por algún motivo a usted lo obligaran a
comerse todos los días grandes cantidades de helados de su sabor favorito,
tardaría poco tiempo en aborrecerlo. La Gratitud libremente elegida es una
vivencia fundamentalmente diferente de la Gratitud estimulada para
satisfacer a otra persona o para acallar los sentimientos de culpabilidad.
El significado
corriente de la palabra Gratitud es un sentimiento agradable, a la vez que
tierno, de calor, de simpatía y de deuda hacia otra persona porque esa
persona nos ha tratado con una amabilidad o con una generosidad inesperada.
Algunas veces el sentimiento de Gratitud es más sutil. Puede ser un
sentimiento delicado de agradecimiento hacia la naturaleza, el universo o un
ser supremo, como reacción ante algún placer pequeño que otra persona podría
no percibir siquiera. La Gratitud puede significar también la vivencia
privada de placer (unas veces sutil, otras veces intenso) que se produce
cuando hemos sido recompensados de algún modo, ya sea por las circunstancias
o por otra persona.
Hasta aquí
hemos hablado de la vivencia de la Gratitud. La práctica de la
Gratitud es otra cuestión. La práctica de la Gratitud es la intención de
pensar y de comportarse de un modo tal que acoja la vivencia de la Gratitud,
sean cuales sean nuestras circunstancias o nuestras vivencias anteriores.
El sentimiento
de Gratitud es un ave tímida. No sirve de nada perseguirla. La Gratitud
verdadera no se puede forzar nunca. Intentar con todas nuestras fuerzas
sentir Gratitud sería como intentar con todas nuestras fuerzas quedarnos
dormidos o enamorados. Cuanto más ahínco ponemos por estar agradecidos, más
evasiva se vuelve la vivencia. Debe venirnos con su propio calendario y con
sus propias condiciones. Practicamos la Gratitud a base de prepararle en
nuestro corazón un hogar donde pueda establecerse. El ave no siempre viene,
pero, si le preparamos un hogar, suele venir con bastante frecuencia.
La Gratitud no
sólo es un ave tímida, sino que también da casi siempre la impresión de ser
un ave oscura y poco visible. Los momentos de Gratitud intensa y estimulante
son bastante raros en las vidas de la mayoría de las personas. Pero cuando
la Gratitud se instala en el hogar que le hemos preparado, advertimos su
canto callado y encantador. Advertimos su colorido sutil pero afable, el
modo fascinante en que se mueve y vuela. El esfuerzo por saborear, por
apreciar y por agradecer las vivencias pequeñas y agradables con que nos
encontramos nos sintoniza con las resonancias internas de placer que
producen.
Cuando usted
haya comprendido la Gratitud y su relación con los instintos, las
posibilidades para la práctica de la gratitud pueden parecerle
abrumadoramente densas y numerosas. Para evitar sentirse abrumado, puede
probar a seguir un calendario como el siguiente:
Día 1º: Practique la Gratitud por la comida que come, ya sea especial
o rutinaria. No cambie su alimentación habitual.
Día 2º: Practique la Gratitud por el hecho de tener una casa, un
apartamento o una tienda que lo abriga de los elementos. Practique la
Gratitud por la comodidad que le ofrece.
Día 3º: Practique la Gratitud por las personas que lo aman o que lo
aprecian. No se preocupe de cuántas sean ni de lo agradables o atractivas o
serviciales que sean. Limítese a centrarse en el hecho sencillo de que
existen al menos algunas personas en el mundo que lo aman o lo aprecian, y
esté abierto a la Gratitud por ello.
Día 4º: Si tiene un compañero o compañera o un amigo especial, pase
el día lleno de agradecimiento por las cosas que ese compañero o compañera
aporta a su vida (sin tener en cuenta las cosas que usted desea y que él o
ella le han aportado).
Día 5º: Practique la Gratitud por los buenos recuerdos que usted
pueda tener. NO intente apartar a la fuerza de su conciencia los recuerdos
malos, pero sea consciente de los buenos.
Día 6º: Practique la Gratitud por los placeres pequeños y momentáneos
de la vista, el olfato, el sonido y el tacto, entre los cuales se cuentan el
cielo, las nubes, la luz del sol y las flores.
Día 7ª: Practique la Gratitud por la música que usted puede oír
normalmente.
Día 8º: Practique la Gratitud por cualquier oportunidad que pueda
tener para reírse en el transcurso de su jornada normal. Cuando se ría,
practique la Gratitud por la sensación agradable que le produce.
Día 9º: Practique la Gratitud por todas las personas honradas,
inteligentes y bienintencionadas que hay en el mundo. No se dedique a
buscarlas. Limítese a advertirlas cuando sea conciente de ellas.
Día 10º: Practique la Gratitud por la vida vegetal que vea, que toque
o que huela en su jornada normal.
Día 11º: Practique la Gratitud por las aves que oiga cantar o que vea
volar en el transcurso de su jornada normal.
La lista
anterior no tiene nada de especial. Sus componentes han sido elegidos
arbitrariamente, aunque son ejemplos deliberados de los placeres
corrientes que podrían evocar la vivencia de la Gratitud cuando se
practica con diligencia la Gratitud. Añada con libertad elementos a esta
lista, o utilice ésta como modelo para componer una lista propia.
|