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HONESTIDAD
Ser honesto es ser real, aut éntico,
genuino. Ser deshonesto es ser falso, ficticio, impostado. La honestidad
expresa respeto por uno mismo y por los demás. La deshonestidad no respeta a
la persona en sí misma ni a los demás. La honestidad tiñe la Vida de
apertura, confianza y sinceridad, y expresa la disposición de vivir en la
Luz. La deshonestidad busca la sombra, el encubrimiento, el ocultamiento. Es
una disposición
a vivir en la oscuridad.
La deshonestidad no tendr ía
ningún papel en un mundo en el que imperara la realidad y estuviera habitado
por seres humanos plenamente conscientes. Perola realidad es que debemos de
convivir con la deshonestidad. Los seres humanos abrigamos una variedad de
tendencias e impulsos que no armonizan espontáneamente con la razón.
Necesitamos práctica y estudio para convertirnos en personas espirituales en
las que retomar la chispa divina de la que emergimos. En ese intento hacemos
muchas cosas que la prudencia nos aconseja ocultar. Mentir es una “fácil”
herramienta de ocultamiento y, cuando se emplea a menudo, pronto degenera en
un vicio que arrastra hacia lo contrario.
La honestidad es de suma
importancia en la vida espiritual. Toda actividad social, toda empresa
humana que requiera una acci ón
concertada, se atasca cuando las personas no son francas. La honestidad no
consiste sólo en la franqueza, en la capacidad de decir la verdad, sino en
la honestidad del trabajo honesto. Como la mayoría de las virtudes, debe
tomarse muy en serio y ejercitarla en armonía con las demás. Cuanto más se
ejercita más se convierte en una disposición afincada. Se debe reconocer que
la honestidad es una condición fundamental para las relaciones humanas, para
la amistad, para la auténtica vida comunitaria. Pero se debe tomar en serio
por sí misma, no como “la política más conveniente”.
Hay una gran diferencia entre
tomar en serio la verdad y
“no dejarse pillar”. Los
padres a menudo decimos “que no te pille de nuevo”, y es comprensible, pero
una vida buena y honesta es más que eso. El desarrollo moral no es un juego
de “píllame si puedes”. Conviene concentrarse en lo que importa de verdad,
la clase de persona que uno es, y la clase de persona que uno debe ser. No
hay medias tintas con la honestidad. Cada uno debe buscar la verdad en sí
mismo antes de buscarla en los demás. Desde ahí,
uno empieza a entender la realidad de la honestidad.
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