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El ego: etiqueta pegada a ninguna parte.
Empezaremos por aceptarnos lúcidamente para desde esa aceptación ir
introduciendo modificaciones que conlleven un cambio interior real.
Descubriremos los códigos obsoletos de nuestra evolución de especie, los
filtros socioculturales y adoctrinamientos, para poder emerger de su
absorbente espiral. Y comprenderemos que en nuestro estado actual de
evolución seguimos siendo muy parecidos a los cavernícolas (más ladinos para
manipular, denigrar, explotar) y que hemos puesto todo el empeño en un
progreso exterior que no se ha visto correspondido en absoluto por el
progreso interno.
No es corto, desde luego, el itinerario hacia la libertad interior, pero
ganar el cielo por asalto requiere la intrepidez del guerrero espiritual.
Como señalaba Ouspenski con su habitual precisión, desde nuestro crepuscular
estado de consciencia ni siquiera comprendemos lo que es la comprensión.
Fascinados por el holograma de nuestro narcisismo, poniendo nuestras mejores
energías al servicio de un ego vorazy simiesco, víctimas de nuestras más
primitivas reacciones, infectando nuestro neurograma con unaavidez y un odio
sin límites que los deterioran irremediablemente, nos sumimos en el sueño
profundo de nuestra vieja psicología y sus propensiones mecánicas y
conformamos una sociedad dormida y desequilibrada que a menudo es dirigida
por gobernantes todavía más dormidos y desequilibrados, porque esta hermosa
orquídea no logra despuntar en el estercolero de la ofuscación.
La meditación es un remedio para relacionarse con uno mismo más allá de las
redes de lo autorreferencial y poder comenzar a desapuntalar el ego. Porque
no hay nada que sea comparable a un instante de paz y porque la bendición
está en una mente clara que actúe y se relacione con cabal claridad, se
trabaja meditacionalmente para poner las condiciones que puedan lograr una
revolución interior y una evolución no sólo racial, sino especialmente
individual, pero no narcisista.
Esa etiqueta pegada a ninguna parte que es el ego debe comprender que tiene
que autoinmolarse para poder acceder del antimundo que nos fascina y
esclaviza al mundo de mística claridad y fecunda comprensión que nos
permitirá establecernos en lo existencial y no seguir envejeciendo, ganando
en kilos pero no en sabiduría. |
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