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LA MUERTE DE LA DOCTORA KÜBLER-ROSS
La doctora Elisabeth Kübler-Ross falleció en Arizona a la edad de 78
años, por causas naturales.
Doctora honoris causa por veintiocho universidades de varios países,
participó como voluntaria en la recuperación del campo de concentración
de Meidaneck –Polonia- tras su liberación. Este hecho definió su
posterior interés por el comportamiento de las personas conocedoras de
la inminencia de su muerte. Durante más de treinta años trabajó con
enfermos terminales en distintos hospitales de los Estados Unidos. Su
constante dedicación y sus numerosos libros la convirtieron en una
autoridad mundialmente reconocida en materia de tanatología.
Autora de libros como: La muerte: un amanecer, Vivir hasta despedirnos,
Los niños y la muerte, Carta para un niño con cáncer, Recuerda el
secreto, Lecciones de vida, Rueda de la vida, nos hacen conocedores de
otra realidad a la del espacio-tiempo. Elisabeth era conocida con el
sobrenombre cariñoso de la “madre de los moribundos”.
Durante los últimos treinta años, la Dra. Kübler-Ross ha contribuido con
sus investigaciones, testimonio y libros a la idea de que, tras el
abandono del cuerpo físico, existe otra vida, diferente a la actual, por
vivir. Como ella misma apuntaba, “morir no es algo que haya que temer;
puede ser la experiencia más maravillosa de la vida: todo depende de
cómo hayamos vivido... La muerte es sólo una transición de esta vida a
otra existencia en la cual ya no hay dolor ni angustias”.
Era partidaria de la creencia de que “todas las penurias que se sufren
en la vida, todas las tribulaciones y pesadillas, todas las cosas que
podríamos considerar como un castigo de Dios, son en realidad regalos.
Son la oportunidad para crecer, que es la única finalidad de la vida”.
Si estaba en lo cierto, ella se encuentra en un espléndido amanecer. |
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