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LA NATURALEZA
HUMANA
Si
a usted no le importa molestar a su familia y a sus amigos, pruebe a
preguntarles por qué les importan los automóviles nuevos, los partidos de
fútbol, los ascensos en el trabajo, las ropas bonitas, los ordenadores más
potentes, los restaurantes de lujo, etc.
Las conversaciones de
este tipo tienen dos características extrañas. En primer lugar, no se
producen casi nunca. Es probable que la gente no lo odie a usted por hacer
preguntas de este tipo, pero las preguntas les parecerán extrañas. Hay
ciertas cosas en la vida que simplemente se dan por supuestas. En segundo
lugar, la gente rara vez tiene buenas respuestas a este tipo de preguntas.
Hasta las personas muy inteligentes y con estudios pueden no tener idea de
la respuesta, a no ser que estén al tanto de los últimos avances de la
psicología evolutiva.
Al fin y al
cabo, cuando formulamos preguntas como éstas, los interrogados suelen alegar
que "hacen lo natural" o que "es la naturaleza humana". Esto también es
extraño, pues es probable que les enseñasen en la escuela que la supuesta
naturaleza humana no existe. A mí me lo enseñaron. Parece que ellos no lo
creen, ni tampoco lo creo yo.
Lo más
probable es que a usted también le enseñasen en la escuela que los seres
humanos son infinitamente flexibles, que las personas son capaces, en
teoría, de seguir casi cualquier modo de vida imaginable. Quizás le
enseñaran que todos los demás animales tienen instintos, pero que el
instinto es una fuerza despreciable en la vida humana, pues los seres
humanos podemos pensar, recordar y aprender los unos de los otros de un modo
que no está al alcance de los demás animales. También es probable que usted
haya leído esta opinión en libros. Casi todo el mundo la compartía hasta
hace cosa de veinte años.
Si existe algo llamado naturaleza humana, que viene a ser igual en todo el
mundo y en todos los momentos de la historia, y que no difiere mucho de la
naturaleza chimpancesca, de la naturaleza goriliana o de la naturaleza
mandriliana. Voy a explicarle lo que es la naturaleza humana y cómo se hizo
así. (Es un tema complejo, de modo que tendré que dejar de lado muchos
detalles.) No serán sólo ideas mías. En los últimos veinte años, los
biólogos especializados en conducta humana y los antropólogos y psicólogos
con una visión evolutiva de sus temas de estudio han recopilado un amplio
hábeas de investigaciones científicas que apoyan esta postura.
Consideremos
los doce fenómenos siguientes:
· Entre
todas las cosas malas que pueden suceder a una persona, se considera en
general que la muerte de un hijo es la peor, y los hijos se recuperan
mucho mejor de la muerte de un progenitor que los padres de la muerte de
una hijo.
· En todo
el mundo los hombres tienden más que las mujeres a abandonar, a
descuidar o a maltratar a sus hijos, y los niños adoptados tienen más
probabilidades de ser maltratados o abandonados por su padre o madre
adoptiva que los hijos naturales.
· Las
expresiones faciales que transmiten emociones son semejantes en todo el
mundo.
· A todas
las personas, en todos los lugares, les producen recelo las serpientes y
las arañas, pero suelen despreocuparse de peligros mayores como son los
vertidos tóxicos y los conductores borrachos.
· A la
gente de todo el mundo le interesan intensamente las cuestiones de
parentela. Procuran no olvidar quiénes son sus parientes, dónde están y
cómo les va.
· En todo
el mundo y en todas las épocas de la historia las personas han
aborrecido las relaciones sexuales entre parientes próximos (entre
padres e hijos, entre abuelos y nietos, entre hermanos, en muchos casos
también entre primos carnales).
· En todas
las sociedades, las personas reconocen diversas formas de nivel social,
y todos temen la pérdida del nivel social que ostenten.
· Las
mujeres, incluso las feministas modernas, siempre han se han sentido
atraídas por los hombres relativamente dominantes y prósperos.
· En casi
todas las sociedades de la Tierra, del pasado o del presente, a los
hombres les interesan mucho las relaciones sexuales circunstanciales con
mujeres, mientras que las mujeres son muy selectivas al elegir a sus
compañeros sexuales.
· Los
hombres maduros prefieren en general, en todas partes, casarse con
mujeres más jóvenes.
· En casi
todas las sociedades que se han estudiado hasta el momento, los hombres
intentan vencer a otros hombres en competiciones deportivas, y los
campeones deportivos son considerados compañeros sentimentales deseables
por muchas mujeres.
· La
poligamia (un hombre con dos o más esposas) ha sido común en muchas
culturas, mientras que la poliandria (una mujer con dos o más maridos)
ha sido bastante rara.
¿Por qué
son así las cosas?
Es posible que a usted no le agrade esta lista. Quizás discuta algunas de
mis generalizaciones, aunque si comprueba más a fondo los hechos descubrirá
que son ciertos. Puede que se le ocurran contraejemplos. Existen algunos,
pero no muchos. Quizás sospeche que yo tengo mis motivos ocultos para
preguntarle por qué son así las cosas. Tal vez le inquiete la posibilidad de
que yo presente estas afirmaciones porque soy un varón blanco y heterosexual
que creo que las mujeres deben ocupar un papel secundario con respecto a los
hombres, o que debe condenarse la homosexualidad, o que ciertos grupos
étnicos deben seguir dominando a otros grupos étnicos, o que los ricos
merecen ser ricos y los pobres merecen ser pobres.
En realidad,
no creo que las cosas deban ser así. Si lo creyera, no estaría
escribiendo estas letras. No creo que las cosas tengan que ser así.
Si pregunto por qué son así las cosas, es para demostrar algo muy concreto.
Es casi imposible explicar tales cosas ( y otras docenas de cosas como
ellas) sin recurrir a la naturaleza humana y al instinto.
Intente verlo
de este modo: ¿Cómo sería la vida humana si la gente no tuviera más que
sentimientos racionales con respecto al sexo; si sólo tuvieran hijos por
causas lógicas; si no existieran los niveles sociales o a la gente no les
importasen; si las personas no compitieran entre sí de diversos modos; si no
existieran los celos sexuales; si a la gente no le importase el atractivo
físico; si los padres no establecieran vínculos apasionados con sus hijos;
si a la gente no le interesasen las relaciones de parentesco? Si usted es
una persona idealista y con imaginación, puede creer en un primer momento
que el mundo sería mejor de ese modo. Pero si reflexiona un poco más, quizás
advierta que un mundo así sería tan ajeno a nosotros que resulta muy difícil
concebirlo. Nunca ha existido en la Tierra una cultura que viviera así.
El modo de
vida que yo propongo (basado en desear lo que se tiene de acuerdo con los
principios de Compasión, Atención y Gratitud) es contrario a la
naturaleza humana. Es propio de la naturaleza humana desear lo que no se
tiene. Para tener esperanzas de éxito en la tarea de desear lo que se
tiene, usted debe comprender con qué se enfrenta. Si lo comprende, su
decisión puede reforzarse, y podrá disponer de más recursos cuando el camino
se ponga duro.
Para
comprender la naturaleza humana y cómo llegó a ser tal como es, debe
comprender un poco la evolución y el instinto. Los seres humanos tenemos
nuestras inclinaciones naturales exactamente del mismo modo que las tienen
los narcisos, las lombrices, los puercoespines, los leones y los chimpancés.
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