EL PENSAMIENTO
Nos
damos cuenta de que estamos condicionados. El analizar, el pensar sobre un
problema es ejercer la fuerza para romper con algo.
Limitémonos a ver el problema, no preguntemos cuál es la respuesta, la
solución. El hecho es que estamos condicionados y que todo pensar destinado
a comprender este condicionamiento será siempre parcial; por lo tanto, jamás
hay una comprensión total. Y sólo en la comprensión total del proceso
íntegro del pensar hay libertad. La dificultad está en que siempre estamos
funcionando dentro del campo de lamente, del pensamiento y, vemos que
siempre es parcial.
Para
liberar la mente de todo condicionamiento, debemos ver la totalidad de éste
sin que intervenga el pensar. Esto es ser libre con respecto al "yo".
***
El pensamiento es una fuerza vital; es la fuerza más viva, sutil e
irresistible que existe en el universo.
El pensamiento es una
gran fuerza, es una fuerza dinámica. Lo producen las vibraciones del Prana
físico, en la sustancia mental. Es una fuerza como la gravedad, la atracción
o la repulsión.
Estás rodeado por un
océano de pensamiento. Estás flotando en el océano del pensamiento. Estás
absorbiendo determinados pensamientos y rechazando otros en el mundo del
pensamiento. El mundo del pensamiento es relativamente más real que este
universo físico.
Los pensamientos son
cosas vivas. Cada cambio de pensamiento va acompañado de una vibración en su
materia mental.
Cada pensamiento
tiene un nombre y una forma determinados. La forma es el estado más grueso,
y el nombre el más fino, de una fuerza única que se manifiesta llamada
pensamiento.
El pensamiento es
materia sutil
El pensamiento es
materia sutil. El pensamiento es una cosa tangible como un pedazo de piedra.
El pensamiento tiene forma, medidas, contornos, color, cualidad, sustancia,
fuerza y peso. Un pensamiento espiritual es de color amarillo, un
pensamiento cargado de ira y de odio es de color rojo oscuro; un pensamiento
egoísta es de color marrón, etcétera.
Puede que tú mueras,
pero tus pensamientos no pueden morir nunca. Los pensamientos poderosos de
los grandes sabios de antaño se conservan aún en los registros akásicos o
etéreos. Los perceptivos que tienen visión clarividente pueden percibir
estas imágenes de los pensamientos y leerlas.
Quien tiene
pensamientos puros habla poderosamente y produce una impresión profunda en
las mentes de quienes le escuchan. Influye en millares de personas por medio
de sus pensamientos puros. Un pensamiento puro es más agudo que el filo de
una cuchilla.
El pensamiento
construye el carácter
Cada pensamiento tuyo
tiene para ti un valor literal en todos los aspectos. La fortaleza de tu
cuerpo y la de tu mente, tu éxito en la vida y el placer que produzca a los
demás tu compañía, dependen de la naturaleza y calidad de tus pensamientos.
Debes conocer las culturas del pensamiento, que es una ciencia exacta.
El hombre es creado
por el pensamiento. En lo que el hombre piensa, en ello se convierte. Piensa
que eres fuerte, y fuerte te volverás. Piensa que eres débil y te volverás
débil. Piensa que eres necio y te convertirás en necio. El hombre forma su
propio carácter, convirtiéndose en lo que piensa. Si meditas sobre el
coraje, instaurarás éste en tu carácter. E igual ocurre con la pureza, la
paciencia, el no-egoísmo y el autocontrol. Si piensas noblemente,
construirás para ti gradualmente un carácter noble. Pero si piensas de una
forma baja, formarás un carácter mezquino. Puedes construir tu carácter
igual que un albañil construye un muro obrando con y por medio de la ley.
La mente tiene un
gran poder de atracción. Estás continuamente atrayendo hacia ti, tanto el
lado visible como el invisible de las fuerzas vitales, pensamientos,
influencias y condiciones similares a las de tus propios pensamientos. Lleva
contigo cualquier tipo de pensamiento que te guste y, en tanto que lo
retengas, no importa que vayas de un lado para otro por mar o por tierra,
atraerás incesantemente hacia ti, advirtiéndolo o no, exacta y únicamente lo
que corresponda a la cualidad predominante en tu propio pensamiento.
Un buen pensamiento
es triplemente beneficioso. Primero beneficia a quien lo piensa, mejorando
su cuerpo mental. En segundo lugar, beneficia a la persona en la cual se
piensa. Y, finalmente, beneficia a toda la humanidad, mejorando la atmósfera
mental general.
Por el contrario, un
pensamiento negativo es triplemente perjudicial. En primer lugar, daña a
quien lo piensa, dañando su cuerpo mental. En segundo lugar, daña a la
persona que es su objetivo. Y, por último, daña a toda la humanidad,
viciando toda la atmósfera mental.
Los pensamientos
llevan a la acción. Los malos pensamientos producen malas acciones. Los
buenos pensamientos generan buenas acciones. Los pensamientos son fuente de
todas las acciones. El pensamiento es el verdadero Karma. Pensar constituye
la verdadera acción. Si puedes desarraigar todos los malos pensamientos
desde el principio, no cometerás ninguna acción reprobable. Si puedes
cortarlos en cuanto broten, te librarás de las desgracias y aflicciones de
este mundo. Observa tus pensamientos con vigilancia e introspección.
La erradicación de
pensamientos negativos
Primero penetra en la
mente un mal pensamiento. Entonces cultivas una imaginación fuerte. Te
deleitas dando vueltas a ese mal pensamiento, consintiendo que permanezca en
tu mente. El pensamiento negativo, al no ser resistido, va gradualmente
fijándose en tu mente, hasta ser muy difícil de expulsar.
Los pensamientos
ganan fuerza por medio de su repetición. Si cultivas en una ocasión un
pensamiento bueno o malo, ese pensamiento tendrá una cierta tendencia a
regresar de nuevo.
Los pensamientos
similares se agrupan, lo mismo que los pájaros de la misma especie forman
una bandada. Si cultivas un solo pensamiento negativo, se agruparán en ti
todo tipo de malos pensamientos y te harán caer. Mientras que si cultivas
cualquier pensamiento bueno, se reunirán en ti todo tipo de pensamientos
buenos y te elevarán.
Controla tus
pensamientos. Del mismo modo que conservas sólo las frutas buenas de la
cesta, desechando las malas, conserva únicamente los pensamientos buenos en
tu mente, rechazando los malos. Extirpa la codicia, la avaricia, el egoísmo.
Cultiva únicamente pensamientos puros. Aunque ésta sea una tarea difícil,
tendrás que practicarla. Donde no hay esfuerzo no hay ganancia.
Los pensamientos son
como las olas del océano. Son incontables. Puedes desesperarte al principio,
pues puede que algunos se desvanezcan, mientras que otros se derramarán como
una corriente poderosa. Los mismos viejos pensamientos que fueron en una
ocasión suprimidos, pueden volver a mostrar su cara después de algún tiempo.
Nunca des lugar al desaliento durante tu práctica. La fortaleza espiritual
interna se manifestará en ti gradualmente. Podrás sentirla y triunfarás al
final. Todos los sabios de antaño tuvieron que afrontar las mismas
dificultades que tú experimentaras ahora.
Date cuenta por ti
mismo de las graves y funestas consecuencias de los malos pensamientos. Eso
te pondrá en guardia cuando éstos te asalten. En el momento que aparezcan,
esfuérzate por distraer tu mente con algún otro objeto, con pensamientos
positivos, la meditación o un mantra. El deseo sincero de expulsar los malos
pensamientos te mantendrá siempre alerta. Tanto es así, que incluso si te
asaltan en el sueño, te despertarás de inmediato.
Vigila tu mente a
cada minuto. Llena tu mente de pensamientos sublimes y date tiempo para que
ellos entre en ti.
El pensamiento
claro
La mayoría de
personas no saben lo que es el pensamiento profundo. Sus pensamientos se
mueven alborotados. Hay mucha confusión a veces en su mente. Sus imágenes
mentales están muy distorsionadas.
Los pensadores no
abundan en este mundo. El pensamiento es superficial en la gran mayoría de
las personas. El pensamiento profundo requiere de una práctica intensa. El
hombre que dice la verdad y que tiene pureza moral, alberga siempre
pensamientos poderosos. Quien ha controlado la ira por medio de una práctica
prolongada, tiene un gran poder de pensamiento.
Cuantos menos
pensamientos hay, mayor es la paz. Cuantos menos deseos se tienen, menos son
los pensamientos. Recuérdalo siempre.
Una persona
adinerada, que está dedicada a especular en una gran ciudad y que tiene un
elevado número de pensamientos, tiene una mente intranquila a pesar de sus
comodidades. Mientras que un peregrino, que practica en control de
pensamiento, es muy feliz a pesar de su pobreza.
A través de una
práctica constante e intensa, puedes aquietar tus olas mentales y quedar
libre de pensamiento. El hombre sereno sin olas en su mente ayuda más al
mundo que el hombre que habla desde una tribuna. La gente ordinaria
difícilmente puede entender esto. Cuando estás sereno, penetras e impregnas
realmente cada átomo del universo, purificando y elevando al mundo entero.
Intenta que tu mente sea un océano tranquilo, sin olas de pensamientos en tu
mente.
Aforismos:
· En el acto de
pensar está implicado todo el hombre, pero sobre todo el cerebro. Pensarás
con más claridad y rigor cuanto más sano esté tu cuerpo físico y más fuerte
y en equilibrio tu cuerpo de energía vital que lo interpenetra.
· Una mente flexible
y abierta es una mente entrenada. Una mente rígida es una fuente de
sufrimiento para ti mismo y un peligro para los demás.
· Comprueba con
frecuencia si esa opinión que emites es fruto de tu propio pensamiento o del
pensamiento de otros. Has de aprender a pensar por tu cuenta, sin temor a
equivocarte; de los errores también se aprende.
· Para pensar
necesitas relacionar datos. Has de poseer un criterio claro para seleccionar
la información fidedigna e introducirla en tu memoria. Tus decisiones serán
mucho más certeras.
· Un pensamiento
vivo, trabajado y sentido, es fuente de ideas propias. Con un pensamiento
puramente intelectual, muerto, no pasarás de ser un almacén de ideas ajenas.
· La opinión pública
no es sino la opinión de unos cuantos, que los demás aceptan.
· Atribuir un gran
valor a la opinión de los hombres es, por lo general, dispensarles demasiado
honor.
· Se debe pensar lo
justo. Quien piensa en exceso no vive, se desvive. A quien no piensa le
manejan.
· El que piensa en
exceso no actúa, no se mueve. El que piensa demasiado poco es temerario. El
valiente piensa lo justo.
· El pensamiento
consciente no es una actividad espontánea más que en los pensadores de
profesión. Esfuérzate en dedicar cada día un tiempo para pensar. No elijas
al comienzo algo complicado. Pensar en algo así como en un alfiler, puede
ser bueno para empezar.
· ¿Has pensado si
tienes tiempo para pensar?
· Un mal pensamiento
es ya un castigo.
· Párate a pensar y
procura averiguar si gran parte de tu modo actual de pensar no es fruto de
tus miedos, de tus complejos, de tus frustraciones, de tu pereza, de tu
ambición, de tu lujuria, de tu ira, etc.
· No dejes de
alimentar cada día tu alma con hermosos pensamientos.
· Hazte un fichero.
Anota en cada ficha un hermoso pensamiento, sacado de tus lecturas,
meditaciones, conversaciones, etc... Trata de memorizar uno cada día. Pon
una ficha al alcance de tu vista cada día para poder leerlo varias veces.
· Ya que siempre no
podemos decir lo que pensamos, pensemos siempre lo que decimos.
· No pienses
enseguida que tu sufrimiento se debe a la mala suerte. Examina, más bien, si
tu forma de pensar es la adecuada.
· Pensando puedes
llegar a algunas verdades sobre ti mismo. Son pocos los que tienen el valor
de decirse la verdad.
· ¿Existe alguna
verdad absoluta? Encierran más verdad las paradojas que los dogmas. Una
teoría abierta e incluso dispuesta a autodestruirse a sí misma es mejor que
cualquier doctrina. Lo mejor de todo, la espontaneidad creadora y libre. No
defiendas ninguna doctrina. Defiende, en todo caso, un método de
conocimiento y de autosuperación. Y sobre todo defiende al hombre y su
libertad.
|