La práctica de la alquimia sexual puede producir resultados muy deprisa.
Tenemos que ser muy asiduos en la práctica, pues estamos construyendo un
circuito psíquico en el cuerpo que necesita determinado tiempo para comenzar
a formarse. Este proceso se suele llamar "construcción del cuerpo dorado de
la luz".
Somos el centro de nuestro
universo, todo está irradiando desde uno mismo. Al unirnos con nuestra
pareja, activamos la energía Kundalini y nos hacemos uno con ella. Al hacer
la respiración juntos, perdemos la identificación con el cuerpo físico
individual para fundiros con el cuerpo cósmico. Sólo existe una energía.
Nuestros cuerpos "desaparecen" en este estado de conciencia.
Al margen de que ello ocurra
inmediatamente o después de meses o de años, todo depende de que hagamos un
esfuerzo sin esfuerzo. No lo debemos intentar con demasiado ímpetu, sino que
hay que “jugar” con ello, dejarlo ir, permitir que se convierta en una
celebración. No se trata de concentrarse uno en cualquier cosa, sino
sencillamente en ser consciente de lo que es. Cuando nos concentramos
restringimos nuestra consciencia, pero cuando vivimos con una atención
completa, libre de ningún objeto en particular, nuestra consciencia se
ensancha.
No debemos sentirnos obligados
a realizar la práctica diariamente. Puede que despertemos demasiada energía,
más de la conveniente. Hay que marcarse un ritmo y tomarse descansos si
vemos oportuno. Quizás seria positivo centrarse en una sola práctica al
mismo tiempo hasta que la conozcamos bien.
Es aconsejable realizar unas
tres veces a la semana ejercitamiento físico, alternando ciclos de actividad
y de descanso, de manera que surja el equilibrio. Son muy importantes los
ejercicios de calentamiento físico para activar el sistema circulatorio y
que éste energice la estructura física. Cuando comencemos a trabajar en
niveles más sutiles, nos haremos más conscientes de lo que pasa dentro y
alrededor de nosotros.
La realización de ciertas
técnicas produce normalmente resultados predecibles. Es importante realizar
sólo lo que resulte cómodo. No debe haber nada rígido en nuestra práctica.
Existen técnicas para excitarnos y para calmarnos, para concentrar la mente,
para cerrarla, para hacernos dinámicos e ir a zonas desconocidas de la
vida. Podemos investigar y elegir aquella que sea más apropiada en un
preciso momento.
Trabajando de esta manera,
cuando nos sentemos a meditar, podemos tener algunas experiencias un tanto
especiales. Algo ocurre dentro de nuestra conciencia, algo se expande en
ella... y en nuestra vida.