1. Rejuvenecimiento.
La regeneración de los órganos
vitales y la revitalización de las glándulas sexuales son unos factores
sumamente importantes en el crecimiento espiritual. Cualquiera que realice
la alquimia sexual se dará cuenta de que el proceso de envejecimiento se
hace más lento. Los resultados se observan claramente. Hazte una fotografía,
practica la alquimia sexual, acompañándolas de posturas específicas
encaminadas al rejuvenecimiento durante una semana, y después hazte otra
fotografía. Te llevarás una sorpresa.
2. Clarividencia.
Esta emerge naturalmente
cuando comiences a estimular los chakras del cerebro. No necesitas ningún
aprendizaje psíquico. El tercer ojo se abre espontáneamente.
3. Profundización en la
relación.
Aprenderás a conectar con tu
pareja en todos los niveles. Para aquellos cuyo matrimonio ha degenerado y
se ha convertido en un asunto de ganar dinero y educar niños, existe una
esperanza de que resurja el dinamismo sexual que les hizo unirse en un
principio.
4. Psicoterapia.
Se produce espontáneamente,
liberándose uno de fobias, neurosis, resentimientos y miedos, y también de
los insultos o programaciones negativas de los que haya podido ser víctima
uno en el pasado y que continúan mermando la energía y limitando la
actividad. Expandir la conciencia, siendo uno cada vez más consciente y
obrando más adecuadamente, es la única terapia que funciona realmente.
5. Conocimiento de los sueños.
Por la noche, cuando te
duermes, abandonas el cuerpo físico. Atraviesas muchas dimensiones. Una de
ellas es el estado de sueño. No necesitas intentar salir de tu cuerpo, pues
ello ocurre automáticamente. Existen prácticas que pueden sacarte fuera del
cuerpo sin perder la consciencia de lo que está ocurriendo.
Algunas de ellas te llevan a
un estado que se encuentra entre la vigilia y el sueño. Llegarás a un punto
en te encuentres durmiendo pero al mismo tiempo completamente despierto, y
la calidad de tus sueños cambiará. Descubrirás una nueva intensidad y un
nuevo sentido en tus sueños. Duerme diariamente para aprovechar a fondo la
enseñanza y la limpieza que se produce en él.
6. Desprogramación del
subconsciente.
Mientras que hablar de
disolver el ego es fácil, llevarlo a cabo es bastante más difícil. El ego
está soportado por la mente subconsciente, que está programada para no ser
alterada. Muchos maestros bien intencionados nos apremian para que
repitamos interminables reafirmaciones con objeto de cambiar nuestra
conducta subconsciente, sin embargo, las afirmaciones son solamente charlas
de la mente consciente hablándose a sí misma. No se puede alcanzar el
subconsciente de esa manera.
La hipnosis proclama comunicar
con el subconsciente induciendo un estado de trance que suspenda la mente
consciente. El hipnotizador trata de limitar tu campo de percepción hasta
que solamente escuches su voz. Sus sugestiones tendrán ciertos efectos, sin
embargo, no durarán mucho. La limitación más importante consiste en que
eliminará la causa del problema. Te puede sugestionar que ya no sientes la
compulsión de comer y conseguir que se normalice tu conducta, pero con este
sistema, cada intento de resolver un problema de actitud se convierte en el
principio de otro problema, quizás mayor, y cualquier conflicto que origine
la compulsión seguirá sin resolver. Encontrará otra vía de escape,
probablemente una más sutil y difícil de tratar.
Los trances inducidos por
hipnosis te llevarán a las puertas de la meditación. Muchas de las llamadas
técnicas de meditación son realmente ejercicios de hipnosis. Sólo la
verdadera meditación te permitirá que se desprograme tu computador mental y
desintegrar la causa de cualquier conflicto.
Aprovecha el tiempo, pues la
muerte está siempre cerca y ésta termina con el tiempo del que podemos
disponer. Conoce y realiza la alquimia, ensancha esa consciencia tan
estrechada que ejerces, se consciente y obra apropiadamente en todas las
circunstancias y disipa el conflicto y el sufrimiento.