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TRASTORNOS INFANTILES. REMEDIOS NATURALES Y CASEROS
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En vez de
regañar a su hijo cuando se haga pis en la cama, deléitele con unas
galletitas. Amase miel con quince gramos de semillas de ortiga y
cincuenta de harina de centeno fresca. Haga las galletas y introdúzcalas
al horno a temperatura baja. Comiendo una por noche, el problema suele
resolverse al cabo de tres semanas.
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Los niños más
mayorcitos que sufren cólicos notarán una gran mejoría al tomar el siguiente
remedio: se hierve una cucharadita de semillas de hinojo en un poco de leche
durante cinco minutos; después, se cuela y se sirve a temperatura templada.
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Para combatir
la deshidratación que pueden padecer los niños pequeños tras sufrir una
diarrea persistente, podéis darles, cada cinco minutos, una cucharadita del
resultado de hervir media docena de puerros en litro y medio de agua durante
aproximadamente tres horas.
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El mejor
laxante para los niños y también para adultos que tengan el estómago
delicado es una sencilla infusión elaborada con veinte gramos de hojas y
flores de malva sobre las que se verterá medio litro de agua hirviendo. Se
deja reposar diez minutos, se cuela y se sirve endulzada con miel. La
ventaja de este remedio sobre otros similares es que no irrita el intestino.
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La costra que
se forma en la cabeza de algunos recién nacidos, generalmente en la parte
anterior del cuero cabelludo, de aspecto sucio y aceitoso, puede
solucionarse gracias a las almendras. Una vez se ha bañado al bebé, se le
seca bien la cabeza y luego se fricciona suavemente la zona afectada con un
poco de aceite de almendras dulces.
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Los bebés
suelen tener el vientre suelto. En estos casos, corte una zanahoria en
rodajas y póngala a hervir a fuego lento junto con un trocito de hinojo. Ya
blanda, quítele el agua y añada un poco de miel. Sólo apto para niños que
empiezan a comer alimentos sólidos.
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