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VISIÓN PENETRATIVA
La visi ón
penetrativa, cabal o pura es ver la Vida, ver en lo profundo de las cosas,
de manera global o total. Esta forma de ver o vivir reporta un conocimiento
y una comprensión
muy profunda y esclarecedora, y es el principio de la espiritualidad.
Si s ólo
se ve la superficie de aquello en lo que se enfoca la visión, si únicamente
se ve superficialmente, si tan sólo se obtiene un entendimiento de lo
externo, el propio entendimiento resulta superficial. Una mirada a la
superficie no revela lo que hay detrás de ella; es una mirada o
entendimiento parcial, que se estrella contra la superficie misma y, al no
penetrar, no puede saber lo que hay más allá. Si sólo se ve un lado de la
Luna, el conocimiento que se obtenga de la Luna es muy parcial y superficial
y puede inducir a error o a interpretaciones inexactas. En la mente del ser
humano se da un fenómeno curioso, aunque no por ello menos nocivo. En ella
hay una “neblina” que le sorprende y confunde con las apariencias y que le
engatusa con lo ilusorio, impidiéndole ver en lo profundo, en lo real. A
causa de esta neblina toma las apariencias como la verdad y viceversa, y
pone su energía
en lo trivial, incluso en lo mezquino, y no en lo que es esencial.
De la mente ordinaria surge el
conocimiento ordinario, que es muy limitado y limitador. Hay otro tipo de
conocimiento que surge desde m ás
allá de la mente, que aporta una visión muy distinta de lo creado. Ese
conocimiento no tiene nada que ver con las ordinarias categorías mentales o
los pares de opuestos –como frío o calor, amargo y dulce- y aporta
sabiduría, compasión y libertad. Surge con la visión penetrativa pues se con
ella se penetra hasta el núcleo mismo o última realidad de los fenómenos,
que se aprecian en un estado “supraconsciente”, de una manera muy distinta a
la que se obtiene con la mente común, que se pierde en abstracciones,
mediciones y conceptos. La mente ordinaria es necesaria en su nivel, pero es
limitada y no puede abrir horizontes en otros estadios. Para vivir la vida
espiritual se requiere otro tipo de percepción y de entendimiento, que viene
por el ejercicio de la visión
cabal, y que le permite a uno distinguir entre lo aparente y lo esencial, lo
puro y lo impuro, lo correcto y lo incorrecto, lo trascendental y lo banal.
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