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La estructura
esquizo transformada
Cuando se flexibiliza
la estructura, desaparece el sistema de defensa y surgen las cualidades. El
trabajo interior que conduce a desalojar el miedo y el rechazo de este mundo
permite al mismo tiempo que la personalidad integre las experiencias pasadas
vinculadas a esas memorias. A partir de ese momento la energía, una vez
desbloqueada, vuelve a estar disponible para transmitir la voluntad del Ser.
Es una energía llena de colorido y enriquecida con todas las experiencias
pasadas, lo que da a la personalidad un matiz especial. Los aspectos
limitadores se transforman en cualidades muy interesantes.
Esta estructura da a
la persona una capacidad natural para entrar en contacto con los mundos
sutiles, y gran facilidad para sentir y recibir energías de alto nivel.
Cuando se ha transformado, es decir, cuando la persona está totalmente
presente en el mundo, puede utilizar el contacto con otras dimensiones para
crear un vínculo real entre el mundo físico y los mundos de consciencia más
elevada, que expresará de distintas formas.
Puede expresarlo en
el arte, por ejemplo. Los grandes artistas, gracias a la «inspiración»,
entran en contacto con los elevados mundos de la belleza y la ponen de
manifiesto en el plano físico. Puede expresarlo a través de un proyecto
humanitario, que ahora sin duda tendrá éxito, en el curso del cual la
persona pondrá de manifiesto su amor y su compasión por la humanidad
llevando a cabo una realización concreta. Puede expresarlo mediante una
enseñanza espiritual o una actividad relacionada con los mundos sutiles, que
ahora estará reforzada por una inteligencia sólida, conocimientos reales,
objetividad y gran discernimiento, porque ahora tiene la cabeza en el Cielo
y los pies en la Tierra. Puede expresarlo mediante descubrimientos
científicos que contribuyan al avance de la ciencia, que no serán ya sólo
elucubraciones gratuitas de la mente; de hecho, los descubrimientos que
realizan los grandes científicos proceden de niveles muy elevados de la
Mente Universal, con los que entran en contacto a veces espontáneamente. El
vínculo entre el mundo físico y los mundos de consciencia más elevada puede
expresarse, en definitiva, de muchas formas.
No es necesario haber
tenido la estructura esquizo para ser un gran artista o un gran sabio. Lo
que decimos es que integrar esta experiencia abre las puertas a un
desarrollo en ese sentido.
Y, además, desde el
momento en que la persona acepta estar aquí, jugar el juego de la vida y
contribuir a mejorar la situación del ser humano, el alma puede manifestar
en el mundo todas las riquezas que ha acumulado en el curso de su historia.
Otras
características de la estructura esquizo transformada
Una vez ha alejado de
sí el miedo inherente al sistema de defensa, la persona se siente
naturalmente ligera. Será capaz de una gran originalidad que brotará en ella
de manera espontánea, de una creatividad sorprendente, de una intuición poco
común, de una alegría ligera, casi infantil. Es una persona muy agradable y,
sobre todo, muy creativa. Resulta muy grato vivir a su lado.
Una vez transformada
esta estructura, como conoce las favorables consecuencias de los
pensamientos elevados y ha experimentado la tensión entre las fuerzas
espirituales del Ser y el miedo procedente del ego, puede comprender,
sostener y aconsejar con más facilidad a otras personas en su búsqueda
interior, y ayudarlos a evitar algunas de las trampas que aparecen en el
camino espiritual.
El desprendimiento es
fácil para el esquizo transformado. La estructura había tenido tendencia a
utilizar un seudodesprendimiento originado por el miedo, que, en realidad,
era una huida. Cuando la memoria traumática ha sido desalojada, queda una
capacidad natural de desprendimiento que le permite crear con verdadera
libertad, sin estar atado indebidamente a nada ni a nadie. Esta cualidad le
permite desidentificarse más fácilmente de su ego. La persona sabe, siente
que ella no es su ego, y eso es de gran ayuda en el camino hacia la
manifestación del Ser.
Otra gran cualidad
del alma, parecida al desprendimiento, es la impersonalidad. El esquizo, que
ha tenido tendencia a negar su propia existencia física, tiene facilidad
para continuar en la misma línea cuando se ha transformado, pero esta vez en
la forma debida, al no dar una importancia excesiva a su propia persona.
También le resulta muy fácil no estar atado a sus opiniones, no se empeña en
querer tener razón a toda costa. Esto no les ocurre, en cambio, a los que
tienen las estructuras cuarta y quinta (psicópata y rígida,
respectivamente).
En la relación de
pareja, será agradable, porque ya no estará cargado emocionalmente. Será
capaz de implicarse, sin hacer de ello un drama. Como ve en el otro su luz y
su parte divina, le deja mucha libertad. No está atado a él; lo respeta en
su propia originalidad.
En su trabajo será
muy creativo y, al mismo tiempo, muy eficaz. Exigirá quizá que los demás le
dejen libertad de acción para dar libre curso a su creatividad, pero tendrá
también gran facilidad de adaptación.
Más tarde o más
temprano, el esquizo acaba deshaciéndose de su estructura, lo mismo que les
ocurre a las demás. Parte de ese trabajo se realiza en los intervalos entre
las vidas físicas, por supuesto, cuando el ser continúa experimentando en
los mundos astral y mental, y, después, cuando el alma hace el balance del
aprendizaje. Pero la parte más importante debe hacerse cuando la persona
está en un cuerpo físico, a fin de traer la transformación hasta la materia,
en particular en cuanto concierne a la estructura esquizo. Todo el trabajo
que la persona decida hacer consciente y voluntariamente sobre sí misma en
este sentido, le aporta una gran liberación y le permite el acceso a un
potencial que, de lo contrario, podría quedar bloqueado durante mucho
tiempo.
Declaración de
transformación
Acepto vivir en este
mundo. Le aporto mi luz interior.
Me manifiesto en él con voluntad, perseverancia y valentía.
Me atrevo a implicarme y a crear concretamente con los demás.
Tarea de
contribución
La principal
contribución de la estructura esquizo transformada consiste en enraizar en
la materia la belleza, la sabiduría y el conocimiento procedentes de los
mundos sutiles, gracias a su intuición, a su inspiración, a su apertura y a
su excepcional creatividad.
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