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LA RELACIÓN CON EL
PODER
La dinámica frente al
poder en realidad ha sido desarrollada de manera implícita a lo largo de los
espacios precedentes. En las diversas facetas del comportamiento del
psicópata, subyace precisamente esa dinámica traumática. Es evidente que el
poder obtenido mediante la manipulación y la seducción es un falso poder,
que se derrumba tarde o temprano porque no se apoya en una fuerza interior
real. Las personas a quienes el psicópata ha seducido e impresionado, sus
admiradores, esperan algo a cambio... que nunca recibirán. Y acaban por
despertar de su sueño. Entonces se desvanece su influencia y aparece la
traición, la pérdida del falso poder.
La relación con el
poder de los pequeños y grandes psicópatas
No resulta fácil
hacer una descripción global del comportamiento del que está atrapado en
esta estructura, porque se encuentran en esta dinámica personas con muy
distintos niveles de evolución. Los que hemos llamado «pequeños psicópatas»
buscan fundamentalmente una identidad. Su poder es reducido y su esfera de
influencia relativamente pequeña; queda limitada a los miembros de su
familia, a algunos amigos, a algunas relaciones de trabajo y, en todo caso,
a algún o alguna amante.
Cuando la estructura
concierne a personas más evolucionadas, que han tenido tiempo de construir
una personalidad más rica, su esfera de influencia es muchísimo más amplia.
Lo que interesa a los grandes psicópatas es, sobre todo, el poder.
Los seres muy
evolucionados eligen con frecuencia esta estructura. Almas viejas, como se
las llama a menudo, han tenido tiempo de desarrollar muchas cualidades: un
talento artístico fuera de lo común, conocimientos científicos y desarrollo
intelectual superior, conocimientos esotéricos o poderes psíquicos
impresionantes, etc. Todo eso sitúa al individuo, como personalidad, muy por
encima de la media, y hace que tenga mucho más poder que el común de los
mortales. Su gran diferencia respecto a los talentos de la mayoría puede ser
utilizada positiva o negativamente. ¿Qué va a hacer con ese poder? ¿Lo
pondrá al servicio de los demás o lo utilizará para potenciar su estructura,
por elegante y refinada que sea? Ésa es su piedra de toque, la prueba por la
que ha de pasar.
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