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CUÁLES SON LAS CAUSAS DE LA VIOLENCIA
La
lista es larga, aun descontando numerosas especulaciones que se han ido
originando a lo largo de los siglos. Hoy día estamos en condiciones de
aportar nuevos datos contrastados científicamente. Hagamos un repaso de
los factores que tienen un mayor peso específico.
Hay factores neurofisiológicos, como las alteraciones del lóbulo frontal,
del lóbulo temporal (pacientes con crisis epilépticas focales y conductas
agresivas), o de la amígdala intracerebral. Factores biológicos y
endocrinológicos, como los estados de hipoglucemia, inductores de
violencia; el síndrome premenstrual que sufren algunas mujeres, con
trastornos temperamentales los días anteriores a la menstruación, que han
empujado a homicidios involuntarios, incendios intencionados y otras
formas de agresión; la hormona sexual masculina, la testosterona,
desempeña un papel importante en las conductas violentas (de cada diez
delitos de agresión, ocho son cometidos por varones); las alteraciones en
el metabolismo de la serotonina cerebral detectadas en casos de suicidio,
etc. Es bien conocido el efecto del abuso de alcohol y otras sustancias,
que deterioran la capacidad cognitiva y de juicio (según el informe del
Centro para la Prevención de Abusos de Sustancias de Estados Unidos, en
1993 el alcohol o las drogas ilegales tuvieron un papel activo en el 49 %
de los homicidios, en el 38 % de los casos de maltrato infantil y en el 52
% de las violaciones).
Otro capítulo importante lo constituyen las enfermedades mentales, desde
los trastornos severos de la escolarización, pasando por los trastornos de
la personalidad (en especial los tipos límite o borderline y antisocial) y
determinadas psicosis (como la esquizofrenia paranoide), que manifiestan
un déficit de la capacidad de autocontrol y que se dan en pacientes que
están tratados ambulatoriamente (algunos de ellos con problemas mentales
serios y sin ningún control, incluyendo los más visibles, los desamparados
que vemos en las calles mendigando), o que han realizado hechos delictivos
después de su salida de centros hospitalarios psiquiátricos, al pasar a
régimen abierto.
A nadie escapa la importancia del ambiente familiar, que cuando se
deteriora, con rotura matrimonial, pérdida de los lazos afectivos entre
los miembros, o malos tratos en la edad infantil, puede generar violencia
en la etapa juvenil o adulta (es sugerente el hallazgo de un neurólogo
estadounidense que ha tenido acceso al estudio de condenados por
homicidios en las cárceles de Estados Unidos, encontrando un alto
porcentaje que reunía la tríada: lesión encefálica (lóbulo temporal o
frontal), enfermedad psiquiátrica (depresión, esquizofrenia, psicosis
paranoide) y maltrato acontecido en su etapa infantil (con experiencia de
castigos físicos violentos y frecuentes). Aunque también es cierto que no
todos los niños maltratados terminan de mayores siendo violentos
criminales. Sin embargo, el desprecio en las relaciones cotidianas es una
de las mayores causas de violencia.
La posesión de armas de fuego es un gran factor de riesgo, ya que la
tenencia de una pistola en casa aumenta la probabilidad de violencia grave
y muerte, y cualquier altercado doméstico, lo que podría haber sido una
simple agresión, se puede convertir en un homicidio (en la historia
clínica de un adolescente de países en que se permite la tenencia de
armas, son obligadas las preguntas: ¿qué tipo de armas hay en tu casa?,
¿haces prácticas con ellas?, ¿las llevas encima?, etc.). Es de todos bien
conocida la influencia de los medios de comunicación, con ráfagas
continuas de estímulos que ensalzan la agresión amoral y celebran la
agresión como método predilecto para solventar conflictos (aunque no se
debe culpar a la televisión, por ejemplo, como único agente generador de
violencia, sí que tiene una cuota de responsabilidad en la medida que
transmite y legitima multitud de mensajes agresivos).
También hay que tener en cuenta el entorno físico de los jóvenes, ya que
la masificación, el aumento del contacto y la disminución del espacio
vital (incremento desmesurado de la población en un determinado lugar),
junto con la sensación incómoda de temperatura ambiental calurosa, pueden
ser factores que induzcan a la violencia. Asimismo, la privación
socioeconómica con discriminación y marginación de colectivos sociales,
puede ser generadora de violencia (al respecto, es bien llamativo el hecho
de que una tercera parte de los jóvenes americanos negros entre los 20 y
los 30 años estén en la cárcel o en libertad condicional). Se calcula que
en California hay tantos niños y niñas escolarizados como población
penitenciaria.
La respuesta que encontramos más completa a esta difícil cara de la
realidad de los adolescentes la puedes hallar en esta misma Web, en el
apartado de
Higiene Social |
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