¿Cuando puede aparecer la soledad?
Hay
situaciones que facilitan enormemente la aparición de la soledad:
—
Desarraigo. Es el más claro exponente de la inadaptación. Quienes se trasladan a
vivir a otras zonas o salen de su medio habitual son, en principio, solitarios
por decreto. lunto a ellos están los que nunca consiguen encajar en donde viven
o trabajan, y que no llegan nunca a entablar lazos afectivos.
—
Pérdidas afectivas. Tras la muerte de un ser querido se siente una profunda
soledad, pero con el tiempo ésta se va atenuando hasta que, generalmente,
desaparece. El vacío suele ser reemplazado. Esta forma de soledad afecta
particularmente a los ancianos, porque, poco a poco, todas sus antiguas
relaciones van desapareciendo.
— Éxito
personal. La soledad del triunfo y la soledad del jefe no son un tópico,
existen. El éxito puede no ser bien asimilado por el triunfador que se convierte
en un ser despótico y engreído que es abandonado por cuantos lo rodean. Puede
ocurrir también que los otros no sean capaces de aceptar el triunfo ajeno y
aparecen muchos falsos amigos que no cubren en absoluto la esfera afectiva. Otro
aspecto es el simplemente ocupacional: el triunfador se encuentra tan ocupado
que no tiene tiempo para nada, y menos para perderlo con los amigos, quedándose
al cabo del tiempo a solas con su trabajo.
—
Enfermedad. Algunas enfermedades psiquiátricas, como la depresión o la
esquizofrenia, inhiben profundamente al sujeto, que se aísla del entorno. Esta
soledad es secundaria a la apatía, a la pérdida de intereses y motivaciones. Las
enfermedades orgánicas amenazan a quien las padece con la soledad. Es el enfermo
solo quien afronta la enfermedad, sufre, padece y se siente impotente frente a
ella.
—
Timidez. Junto con la introversión, provoca aislamiento por la imposibilidad
para entablar relaciones afectivas. El tímido sufre por su incapacidad, intenta
vencerla y sobreponerse, pero muchas veces le es imposible.
— Grandes
ciudades. Esta es la paradoja de nuestros días. Una de las soledades más
dramáticas que existen es la que se siente en medio de la gente, rodeado de
diversiones, que uno no puede compartir. Existe una tendencia en los grupos
sociales a cerrarse sobre sí mismos y de las personas a integrarse en uno de
ellos. Puede ocurrir que dentro de este ritmo una persona se quede marginada,
aislada en la más absoluta soledad.
—
Profesiones solitarias. Aquí el trabajo obliga: es el caso de los fareros, los
representantes o los guardias nocturnos.
En
contrapartida hay otros tipos de soledad. La soledad gratificante, buscada por
el propio individuo. Hay momentos en la vida en que uno desea y necesita estar
solo. De vez en cuando hay que sentarse tranquilamente, alejado de todos y de
todo y conversar con uno mismo. Ayuda a conocerse y conocer a los demás, a
reflexionar y meditar las cosas o simplemente a descansar y disfrutar del «estar
solo».
La
soledad empieza en la infancia.
Los
padres pueden potenciar o inhibir la sociabilidad de sus hijos favoreciendo su
capacidad para entablar relaciones, o bien contribuir a que prefieran mantenerse
aislados. Desde niño se puede aprender a disfrutar y aprovechar la soledad o a
soportarla a duras penas. Los niños que han pasado períodos de soledad pueden
ser tímidos o introvertidos, pero, en cambio, suelen tener una especial
sensibilidad, junto con una gran afición por la lectura, el arte o la música. La
contrapartida es su retraimiento y su dificultad a la hora de abrirse a los
demás.