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LOS DOS TOROS Y LA RANA.
Luchaban dos toros por la posesión de una becerra, y una rana suspiraba
contemplando su combate.
-¿Qué te sucede?-le preguntó un habitante del pantano.
-¡Ay! -respondió aquélla-. ¿No veis que el fin de la batalla será el
destierro de uno, y que el otro, al derrotarle, le expulsará de los campos
floridos? Ya no reinará en la hierba de las praderas, y vendrá a nuestros
pantanos a reinar en los juncos y las malezas, aplastándonos con sus pies
contra el fondo de las aguas. Hoy una y mañana otras, todas sufriremos por
el combate que ha provocado la señora becerra.
Era un temor de muy buen sentido. Uno de los toros fue, en efecto, a
refugiarse en su pantano, aplastando veinte ranas cada día.
¡Ay, bien se ve que en todo el tiempo los débiles tienen que sufrir a causa
de las atrocidades de los poderosos! |
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