os
fanáticos
El
fanatismo consiste en una apasionada preocupación por ideas, opiniones o
creencias que se defienden con tenacidad e inflexibilidad exageradas. Existen
fanáticos personales, fanáticos idealistas y fanáticos pacíficos, caracterizados
todos ellos por tener una idea sobrevalorada en lo que respecta a alguna
cuestión particular, y una personalidad activa y expansiva, que en casos
pronunciados se adscribe a los trastornos psicopáticos de la personalidad
(psicópatas fanáticos).
Los
fanáticos personales son los que luchan incansablemente por algo que se
considera como un derecho propio, que puede tener fundamento real o no, a partir
de una situación que juzgan como injusta. Son personas cuyo objetivo vital se
centra de forma casi exclusiva en lograr que se les haga justicia por esta
causa, desatendiendo el resto de sus intereses y obligaciones a pesar de que lo
que desean obtener tenga poca importancia objetiva. Son los denominados
querulantes, propensos a embarcarse sin cesar en pleitos sin fin, a pesar de que
se les advierta de que no tienen posibilidades de ganarlos.
Los
fanáticos idealistas luchan decididamente a favor de un ideal que profesan, sin
comprender que pueda haber personas que no compartan sus puntos de vista. A
menudo tienden a imponer su ideología a los demás, ya que creen que
posteriormente se lo agradecerán, puesto que están firmemente convencidos de que
su ideal es el único que merece la pena. El ideal se puede referir al terreno
político, económico, social, religioso, etcétera.
Por
último, los fanáticos pacíficos serían aquellos que no demuestran aparentemente
su fanatismo, mostrándose silenciosos, o bien excéntricos, pero en general muy
poco combativos. Son personas inmersas en su fantasía, alejadas de la realidad
de la vida, viviendo una ficción en franca ruptura con el ambiente que les
rodea, pero sin aceptar cualquier tipo de argumento que se les ofrece si no va
de acuerdo con sus planteamientos. Este sería, por ejemplo, el caso de algunas
personas que integran determinadas sectas religiosas de matiz un tanto
extravagante, en el sentido de que casi no guardan relación con los
planteamientos que tenían anteriormente.