Los hobbies
Los
hobbies constituyen una parcela importante dentro de las actividades que
desarrollamos habitualmente. El ser humano necesita mantener de forma más o
menos continuada una serie de actividades que le faciliten el desarrollo de sus
propias capacidades a la vez que puedan configurar un punto de mira para sus
intereses a medio o largo plazo. El tiempo de ocio debe ser ocupado con
actividades que sirvan para relajar, distraer y diversificar la actividad, de
modo que supongan un auténtico complemento de las actividades cotidianas.
Los
hobbies deben compensar del esfuerzo y especialización que a menudo implican las
actividades profesionales, constituyendo una importante alternativa donde
ponemos en juego aquellos valores o capacidades que no podemos poner en marcha a
través de nuestro trabajo. Sirven para enriquecer nuestra vida social y para
evadirnos de actividades profesionales demasiado absorbentes. Llegado el momento
de la jubilación es fundamental haber elaborado convenientemente este tiempo de
ocio ya que, entonces, los hobbies pueden ser una actividad a la que nos podemos
dedicar plenamente, con la satisfacción que implica, a la vez que sirven para
ocupar el vacío consecuente al abandono de nuestra principal actividad
profesional. Es más, los hobbies pueden llegar a compensar una actividad laboral
poco gratificante que tenemos que asumir por cuestiones de mera índole práctica.
Si, por
diversos motivos, el trabajo habitual nos resulta una obligación inevitable, los
hobbies pueden llegar a constituir, no ya una diversión, sino incluso uno de los
principales ingredientes a la hora de encontrar el sentido de nuestra vida.
Algunas personas llegan casi a vivir para su hobbie, porque han comprobado que
es algo que las llena plenamente. Cuando menos, son actividades que sirven para
eliminar tensiones emocionales diarias, ya que nos facilitan el que podamos
pensar en otras cosas distintas a las que nos preocupan habitualmente, lo que no
solamente constituye una forma de evasión, sino también un medio para conseguir
una cierta formación cultural en el sentido de completar campos que hubiesen
quedado abandonados o estériles, ahogando una posible fuente de satisfacciones
personales. Los hobbies son, por tanto, algo necesario para conseguir la
estabilidad emocional que procede de una vida más plena y completa de acuerdo
con nuestras propias tendencias y aptitudes.