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EL
INICIO DE LA ANOREXIA NERVIOSA
Es
irónico que los jóvenes que necesitan adelgazar rara vez siga una dieta de
adelgazamiento, mientras que los que no lo necesitan lo hagan
constantemente. Esto es una respuesta a una sociedad que, de forma
creciente, emite un mensaje poderoso: "Si quieres ser feliz deberás ser
delgado." En los anuncios comerciales, las películas, la TV y todos los
medios de comunicación se proyecta la imagen de mujeres sonrientes,
sensuales, exitosas y ¡flacas! Las adolescentes, para quienes ser
populares, aceptadas y atractivas es esencial, absorben el mensaje y
concluyen: "Yo podría ser más feliz si fuese tan delgada como esas modelos
o actrices." La obsesión con la pérdida de peso es un factor contribuyente
a los trastornos alimentarios tan prevalentes en estos principios del
siglo XXI. Y entre ellos descuella, por su triste importancia, la anorexia
nerviosa.
Esta enfermedad comienza, típicamente, en una joven que "se ve gorda" o
que quiere "perder unos kilitos" y comienza una dieta, incrementando, en
muchos casos, la actividad física. Con los días, a pesar de perder
abundante peso sigue disconforme, aunque a menudo sufra de intenso frío y
tenga que cubrirse de ropa de abrigo. Pierde luego sus períodos
menstruales (amenorrea secundaria) y comienza a evitar el contacto con sus
familiares, que le hablan insistentemente de la necesidad de que se
alimente. No asiste a las horas de comida en casa o, si participa en
ellas, oculta los alimentos y después los tira. Poco a poco abandona su
vida social, aunque mantiene su interés por la escuela. Con el paso del
tiempo se transforma en un ser "todo piel y huesos" y su salud peligra.
Cada paciente es única, pero los expertos en el tema han identificado
ciertas características comunes en la anorexia nerviosa. Las chicas
habitualmente son perfeccionistas, carecen de autoestima y están siempre
dispuestas a cumplir con lo que otros esperan de ellas (en forma perversa,
la dieta fanática es su única expresión de autonomía). Estas chicas se
sienten inseguras de su identidad personal (refugiándose en la identidad
anoréxica), tienden a comportamientos rígidos y obsesivos, necesitando
tener bajo control sus pensamientos y apariencias. Por encima de todo,
muchas temen los cambios puberales y la con siguiente sexualidad y
consiguen eliminar la pubertad "matándose de hambre".
La familia también acostumbra a ofrecer unas características particulares.
Los padres son sobreprotectores, pero al mismo tiempo no hay una clara
definición de los papeles familiares. Así, un padre puede funcionar como
un igual (un par o compañero) y la hija como una confidente. Uno o ambos
padres están inmersos en cada detalle de la vida de su hija, a menudo a
niveles muy intrusivos. En otras palabras: el progenitor puede vivir su
vida a través de su hija, en lugar de brindar un modelo de identificación
adulto, con suficiente autonomía y separado jerárquicamente de ella.
También, uno o ambos padres suelen tener una carrera o actividad
profesional con mucho éxito y la hija suele asumir que es eso,
precisamente, lo que se espera de ella. Las adolescentes anoréxicas casi
siempre han sido hijas modélicas, y por lo tanto el comentario habitual de
los padres es más o menos éste: "Jamás pensé que sería precisamente ella
la que nos fuese a causar tanto dolor." Asimismo, son familias que tienden
a ser excesivamente conservadoras, a veces hasta la rigidez, y muestran
evidentes dificultades con todo lo que suponga cambio. Intentando evitar
conflictos, se inclinan por minimizar o evitar la discusión de sus
problemas. El resultado es que los hijos tienden a sentirse confusos y
atrapados entre las tensiones silenciosas que presentan los padres.
Algunos terapeutas familiares especulan que la chica «se sacrifica»
(inconscientemente) para que la atención de los padres se centre sobre
ella y de ese modo desviar la atención de una situación matrimonial
potencialmente inestable...
Es común que uno o ambos padres, o una hermana o hermano, también estén
muy preocupados por su apariencia física o estén siguiendo un régimen de
adelgazamiento, autoinducido o por indicación médica (por ejemplo, padres
con colesterol elevado). Ocasionalmente, algún miembro de la familia ha
sufrido también un trastorno de la alimentación, una enfermedad depresiva
o experimentado un abuso de alcohol u otras sustancias. Obviamente,
siempre hay excepciones a estas características. A veces la anorexia hace
su aparición en una familia sin dificultades previas y los trastornos
familiares que puedan presentarse se dan en respuesta a la propia
anorexia.
Criterios para el diagnóstico de anorexia nerviosa.
• Mentales.
A. Rechazo a mantener el peso corporal por encima del valor
mo normal teniendo en cuenta la edad y la talla.
B. Miedo intenso a ganar peso o a convertirse en obesa, incluso estando
por debajo del peso normal.
C. Alteración en la percepción del peso o la silueta corporal se "nota"
con mucho peso y «se ve» obesa).
D. En mujeres que han tenido la menarquía, ausencia de por lo menos tres
ciclos menstruales consecutivos.
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