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Pasión y rechazo
La pasión sexual está
representada en el mito como una fuerza más poderosa que cualquier otra,
capaz de impulsar a los seres humanos y a los dioses a realizar acciones
contra su voluntad que, a menudo, acaban en tragedia.
Los griegos lo atribuyeron a la intervención de la diosa Afrodita, que,
mortificando a los seres humanos con pasiones incontrolables, podía llevar
la locura y la destrucción a quienes la habían ofendido. No obstante, la
pasión en sí misma, no se la representa como una fuerza negativa o inmoral.
Se la asocia a la fortaleza, al coraje, a la potencia sexual y a la
respuesta del alma ante la belleza; refleja el poder y la tenacidad de la
fuerza vital misma; y debido a que es inspirada por Dios, es sagrada. El
mito nos enseña que es el modo en que los mortales persiguen sus pasiones, y
el grado en el que la pasión ofusca a la conciencia, los verdaderos orígenes
del daño, del rechazo e incluso de la catástrofe.
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