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Logia luminosa o Vrill: en busca de la Kundalini
Las religiones orientales siempre han quitado el sueño a más de un
occidental. Bucear en la Historia de Religiones tan antiguas como las que
han existido en la India, Tíbet e incluso el Japón, implica riesgos sino se
toman los debidos recaudos. A través del tiempo distinguir la Mitología de
los verdaderos sucesos se torna una tarea casi imposible para aquellos que
se sumergen en aguas que no son siempre límpidas. Buscar la iluminación o
alcanzar el Nirvana es tarea para pocos. Yoga, Meditación Trascendental,
Tercer Ojo, Lenguas muertas, resultan hasta hoy día de difícil comprensión
para cuerpos, oídos y ojos poco acostumbrados al sacrificio, paciencia, y
claridad de mente.
Antes de proceder con la Logia Luminosa vamos a señalar que el Vril, base de
esta secta que se formó en Alemania, es una energía, que los antiguos
hindúes y tibetanos conocen con el nombre de Kundalini. Para quién esté
familiarizado con este concepto sabrá entonces que la aplicación de esta
fuerza energética se produce trabajando los chakras, que son pequeños
centros energéticos distribuidos en ciertas zonas del cuerpo humanos. La
Kundalini se accionaría como una fuerza liberadora, una especie de serpiente
que atravesaría estos chakras liberándolos de las impurezas a las que
estamos sometidos los seres humanos y proporcionando al hombre una evolución
completa, convirtiéndolo en un ser con poder y otorgándole una inmensa
sabiduría.
Pero hay más. Esta energía también serviría para acceder a profundos
conocimientos en el campo de la tecnología –incluidala tecnología atómica-,
muchos de los cuales aún no han sido descubiertos, y cuyo manejo erróneo
habría provocado la abrupta desaparición de civilizaciones antiguas de las
que apenas hay algún registro, como es el caso de antiguos textos hindúes
donde aluden a vimanas volantes y armas con rayos ¿atómicas?
¿Son ciertos los rumores de extrañas máquinas voladoras circulares, de los
que se hallaron planos y que se asemejan en su prototipo a los OVNIs que tan
preocupados nos tiene con sus apariciones?
¿Tuvo algo que ver el Vril? Nunca han cesado las suspicacias al respecto, y
son escasas las pruebas. Debemos estar agradecidos de que este poder no
llego demasiado lejos, porque de seguro no estaríamos contando esta parte de
la Historia.
La Logia Luminosa o Vril, había sido inspirada en gran parte por una novela
del autor Bulwer Lytton, “La raza que nos suplantará o Zanoni”, que se había
hecho famoso con su obra “Los últimos días de Pompeya”. En Zanoni, Lytton
“habla de seres que suplantarán y conducirán a los elegidos de la raza
humana a una formidable mutación”.
Pero es a través del liderazgo de Haushofer que la Sociedad Vril alcanza su
real dimensión. Integrada por budistas, ex adeptos de la Golden Dawn,
teosofistas, la Logia, desarrolla una amplia actividad donde es común la
práctica del Yoga, la meditación, la lectura de libros hindúes, todo con el
fin de despertar esa energía ahora atrapada en este mundo tridimensional.
Por eso no sorprende que hasta una comunidad tibetana se haya instalado en
Berlín, seguidores del budismo de gorros negros de Haushofer, porque no hay
dudas que los nazis del Tercer Reich eran vistos como los hijos esperados
que devolverían el poder a las Jerarquías de las Tinieblas. Tal era el
horrible pensamiento que justifica su adhesión.
La Teoría del Espacio Vital fue la llave que permitió a Hitler planificar la
conquista de gran parte de Europa. Las enseñanzas ocultistas de Haushofer,
con su distorsionada visión de la Doctrina Secreta, dió paso a los campos de
concentración donde pueblos enteros perdieron la vida por no comulgar con
los principios de la raza ideal. Los horrendos experimentos a que fueron
sometidos gran parte de los prisioneros judíos demuestra hasta que punto
estos aprendices de magos estaban comprometidos en la satisfacción de las
Jerarquías del Mal.
De Haushofer se decía que podía prever el porvenir, pero jamás imaginó este
mago negro, que su propio hijo intentaría matar a su discípulo preferido,
Hitler, resultando éste ileso del complot contra su vida. Albrech Haushofer
fue sentenciado a la horca junto a otros conspiradores y en uno de sus
bolsillos ensangrentados se encontraron unos versos manuscritos:
“El destino había hablado por mi padre
de él dependía una vez más
rechazar al demonio en su mazmorra.
Mi padre rompió el sello.
No sintió el aliento del maligno
y dejó al dominio suelto por el mundo”.
Karl Haushofer mató a su esposa Martha y se suicidó en un ritual japonés.
Digno final para el que fuera un geógrafo y ocultista de lo siniestro. |
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