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La mentira
La mayoría de las personas han mentido alguna vez. Las principales razones
del por qué se miente son: Enamorar una pareja, evitar el rechazo y lograr
la aceptación de los demás o para ocultar algún hecho que les comprometa por
violar alguna norma familiar o legal. Se miente por amor o por temor.
Mentir, por definición, es la expresión o manifestación contraria a lo que
se sabe, se cree o se piensa y está asociada al engaño, lo fingido y lo
falso. Pero la mayoría de las personas que mienten sin fines de dañar o
estafar a alguien, lo hacen para obtener resultados positivos en su vida
cotidiana. Se les miente a los hijos para disimularle la vida sexual de los
padres, se miente para encubrir tristezas o infidelidades al ser amado, se
esconde la verdad para esquivar conflictos. Se miente para justificar llegar
tarde al trabajo o para tapar la inasistencia. Para muchos estas son
"mentiras piadosas" o mentirijillas "necesarias". El problema es que algunos
se convierten en mentirosos patológicos y transforman su vida en una farsa.
Desde niño se "aprende" a mentir y se asimila que la mentira puede pagar
dividendos a corto plazo. El mentiroso sabe que la mentira tiene distancias
cortas y por ello, generalmente, se mueve constantemente de grupos sociales.
Poco a poco todos lo van conociendo por sus propias contradicciones. Cuando
vivimos alguna situación, nuestro cerebro registra el hecho de forma
diferente que cuando inventamos una situación. La memoria de la fantasía es
de corto plazo, mientras que las vivencias acumulan recuerdos más sólidos y
duraderos. Esto hace que el mentiroso se "olvide" de todos los detalles de
alguna circunstancia y falle al ser repreguntado sobre sus cuentos.
Existen mecanismos para detectar las mentiras, uno de ellos es el polígrafo
o detector de mentiras, el cual tiene una efectividad importante, aunque no
son aceptadas sus conclusiones como prueba en los tribunales. No obstante,
para encauzar investigaciones policiales es muy útil.
Actualmente se experimenta con técnicas de resonancia magnética y scanner
cerebrales para revelar mentiras y se ha logrado éxito hasta en un 90 por
ciento. Algunos autores proponen distintos métodos para saber quien miente
fundamentándose en los aspectos fisiológicos como la respiración, la
sudoración o el sonrojarse. También, se toma en cuenta la expresión
corporal, como los temblores, la forma de desviar la mirada, la manera de
sentarse o comportarse. Por último, se pueden analizar los mensajes dado que
el mentiroso tendría una forma particular de comunicarse. Lo cierto es que
un "buen" mentiroso supera estas pruebas y descubrirlo siempre será
complicado y normalmente doloroso. |
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