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Trastornos del sueño
A pesar de que las personas mayores que consultan al médico por problemas de
sueño suelen ser tratadas con medicación para dormir, los tratamientos
conductuales para el insomnio han demostrado ser muy efectivos con ellos.
Los tratamientos conductuales combinan educación sobre la higiene del sueño,
limitación del tiempo de permanencia en la cama y componentes de control de
estímulos para fortalecer la asociación entre cama y sueño en lugar de su
asociación con ver la televisión, leer o pasar el tiempo.
El conocimiento de que una reducción del tiempo de sueño necesario es normal
en las personas mayores puede combatir la falsa idea de que es bueno para
ellos descansar en la cama. Un tratamiento psicológico efectivo para
problemas que suelen tratarse farmacológicamente ayuda a reducir el problema
de la multimedicación, que tan peligrosa puede resultar para las personas
mayores.
El sueño es uno de
los componentes esenciales de nuestra vida, desde que nacemos hasta que
morimos. Los problemas de sueño repercuten negativamente en el bienestar
físico y psicológico de la persona que los padece, independientemente de la
edad que ésta tenga. Dichos problemas son tales que, en la actualidad,
existe una clasificación general de éstos y además aparecen recogidos en
manuales de diagnóstico, tales como el DSM-IV (Manual diagnóstico y
estadístico de los trastornos mentales), por lo que su importancia y
relevancia está clínicamente establecida.
Sin embargo, no ocurre lo mismo desde el punto de vista social y más si se
trata de pacientes que superan una determinada edad. Existe una idea
extendida de que con el aumento de edad las personas sufren una serie de
modificaciones y cambios irreversibles en el organismo que tienen
repercusiones negativas, entre otros aspectos, sobre el sueño. Así, la
persona mayor, por el simple hecho de hacerse mayor, tendría que admitir,
según lo anterior, la pérdida de calidad de su sueño, algo que puede estar
provocado, por otra parte, por otras enfermedades o dolencias propias una
cierta edad.
Debemos rebatir esta idea, aportando datos recogidos a través de los
diferentes estudios. Algo que no podemos negar es que, efectivamente, con el
envejecimiento van ocurriendo cambios en las características generales
sueño, pero esto no quiere decir que a una persona que presente quejas sobre
su sueño no se la pueda ayudar. A través de una completa evaluación se puede
delimitar el problema que presenta el paciente, se puede saber si es un
trastorno primario de sueño o, en cambio, es producto de otras enfermedades
o problemas que presente en ese momento. Con esta información, se pueden
establecer las pautas de tratamiento a seguir. Pautas que han de estar
adaptadas a las peculiaridades y características de la persona concreta, así
como a las capacidades que ésta presente.
Esta intervención terapéutica ha de ir dirigida hacia aquellos factores,
detectados en la fase de evaluación, como los causantes del problema o, en
su defecto, como los que están manteniendo el problema. En esta parte de la
población se debe evitar, en todo lo posible, el tratamiento farmacológico,
por los riesgos y las consecuencias negativas que conlleva en la persona
mayor. En aquellos casos en los que el personal médico considere que es
imprescindible la utilización de algún fármaco, se deben seguir unas
determinadas pautas, aplicando siempre y conjuntamente un tratamiento
conductual.
Para conseguir esto, para que una persona mayor que se queja de problemas de
sueño pueda ser atendida de manera adecuada y se le pueda ayudar en la
resolución de los mismos, es necesario e imprescindible que el personal
sanitario parta, por una parte, de la convicción de que una queja de sueño,
por parte de una persona mayor, es una queja válida y susceptible de ser
tratada, a pesar de la edad del paciente, y no simplemente a través de
fármacos.
Y, por otra parte, es necesario que tenga un conocimiento mínimo acerca de
las características generales del sueño, de las peculiaridades del sueño en
las personas mayores, de las técnicas de evaluación específicas para los
problemas de sueño y de las diferentes alternativas de tratamiento, más allá
de la farmacológica, que existen para los problemas de sueño. |
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