EL FLÚOR, EL
VENENO EN EL AGUA
El Fluoruro de sodio es agregado actualmente a la mayoría de los sistemas
de agua municipales en los EE.UU. para prevenir las caries dentales en los
niños. Su uso ha aumentado rápidamente desde los años 50.
El Fluoruro de sodio está también registrado en la EPA (Agencia de
Protección del Medioambiente) como un veneno para ratas, aun cuando sus
defensores dicen que su uso a bajos niveles en el agua no supone
preocupaciones adversas para la salud.
Existe considerable investigación realizada en el fluoruro con respecto al
cáncer, defectos de nacimiento y riesgos para los sistemas respiratorios,
gastrointestinal y urinario, sin embargo, existe muy poca investigación
realizada con respecto a sus efectos neurológicos.
Primer estudio en encontrar déficit neurológico por la exposición al
Fluoruro:
Investigaciones chinas han demostrado que los niveles de Fluoruro en el
agua potable a niveles de 3-11 ppm (partes por millón) afectan el sistema
nervioso sin causar malformaciones físicas previas.
Otro estudio chino encontró que provoca Desorden Atencional en humanos
adultos, si se les administran gotas sublinguales conteniendo 100 ppm de
fluoruro de sodio.
Las fuentes de exposición al Fluoruro incluyen bebidas procesadas, pastas
dentífricas, enjuagues bucales, suplementos dietéticos y la comida.
Éste es un nivel de exposición potencialmente pertinente para los humanos
porque las pastas dentífricas contienen 1000 a 1500 ppm de fluoruro y los
enjuagues bucales contienen 230-900 ppm de fluoruro.
En 1995, en un artículo que apareció en el periódico Neurotoxicology y
Teratology, el Dr. Phyllis J. Mullenix declara, “Aún está por explorar,
sin embargo, existe la posibilidad que la exposición al fluoruro esté
ligada con trastornos sutiles del cerebro.”
Este es el primer estudio en demostrar que el funcionamiento del sistema
nervioso central es vulnerable al Fluoruro y que los efectos en la
conducta dependen de la edad en que se produce la exposición y que el
Fluoruro se acumula en los tejidos del cerebro. Por supuesto, las
conductas no se extrapolan, pero una ruptura genérica del modelo
conductual como el que se encontró en este estudio en ratas puede ser
indicativo de potenciales disfunciones motrices, déficit de IQ
(coeficiente de inteligencia) y/o trastornos de aprendizaje en los
humanos.
Substancias que se acumulan en el tejido cerebral potencian inquietud
sobre riesgo neurotóxico.
Dr. Phyllis J. el Mullenix
Departamento de Toxicología, Forsyth Research Institute, Boston. |