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MÁS ALLÁ DEL EGO: LA VERDADERA IDENTIDAD
Cuando el ego está en guerra, no es más que una ilusión que lucha por
sobrevivir, la ilusión cree ser nosotros. Al principio no es fácil estar
ahí en calidad de la Presencia que observa, especialmente cuando el ego
está empeñado en sobrevivir o cuando se ha activado algún patrón emocional
del pasado. Sin embargo, una vez que hemos experimentado el poder de la
Presencia, éste aumentará y el ego perderá su control sobre nosotros. Es
así como entra en nuestra vida un poder mucho más grande que el ego, más
grande que la mente. Lo único que debemos hacer para liberarnos del ego es
tomar conciencia de él, puesto que la conciencia y el ego son
incompatibles. La conciencia es el poder oculto en el momento presente; es
por eso que la llamamos también Presencia. La finalidad última de la
existencia humana, es decir, nuestro propósito, es traer ese poder al
mundo. Esta es también la razón por la cual no podemos convertir la
liberación del ego en un objetivo alcanzable en un futuro. Solamente la
Presencia puede liberarnos del ego y solamente podemos estar presentes
Ahora, no ayer ni mañana. Solamente la Presencia puede deshacer el pasado
que llevamos sobre los hombros y transformar nuestro estado de conciencia.
¿Qué es la realización espiritual? ¿La creencia de que somos espíritu? No, ése
es un pensamiento. Aunque se acerca un poco más a la verdad que el pensamiento
según el cual creemos que somos esa persona que aparece en el registro de
nacimiento, sigue siendo un pensamiento. La realización espiritual consiste en
ver claramente que no somos lo que percibimos, experimentamos, pensamos o
sentimos; que no podemos encontrarnos en todas esas cosas que vienen y se van
continuamente. Buda fue quizás el primer ser humano en ver esto claramente, de
tal manera que anata (la ausencia del yo, el no-yo) se convirtió en uno
de los puntos centrales de su enseñanza. Y cuando Jesús dijo, "niégate a ti
mismo", lo que quiso decir fue "niega (y, por tanto, deshace) la ilusión del
yo". Si el yo, el ego, fuera verdaderamente lo que soy, sería absurdo "negarlo".
Lo que queda es la luz de la conciencia en la cual van y vienen las
percepciones, las experiencias, los pensamientos y los sentimientos. Ese es el
Ser, el verdadero Yo interior. Cuando me reconozco como tal, lo que sucede con
mi vida deja de ser absoluto y pasa a ser relativo. Aunque lo acepto, pierde su
seriedad absoluta, su peso. Lo único que finalmente importa es esto: ¿Puedo
sentir mi Ser esencial, el Yo Soy, como telón de fondo en todo momento de mi
vida? Para ser más exactos, ¿puedo sentir el Yo Soy que Soy en este momento?
¿Puedo sentir mi identidad esencial como conciencia? ¿O me dejo arrastrar por
los sucesos, perdiéndome en el laberinto de la mente y el mundo?
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