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DESCRIPCIÓN
CLÍNICA DE LA DEPRESIÓN INFANTIL
No todos
los niños tienen todos esos síntomas. Los síntomas de la depresión varían de
unos niños a otros y de unas edades a otras. Además, es muy frecuente que no se
diagnostique lo suficientemente bien la depresión en los niños y, en
consecuencia, que no se proporcionen los tratamientos adecuados, y esto sucede
porque los síntomas se confunden con los cambios emocionales y psicológicos
normales que ocurren durante el desarrollo del niño.
Aun
cuando algunos niños con depresión pueden continuar funcionando razonablemente
bien en ambientes estructurados, la mayoría de ellos sufrirá un cambio sensible
en las actividades sociales, manifestando bajo interés por el colegio y un
rendimiento académico pobre, o incluso un cambio en su aspecto físico.
Los
lactantes y los niños en edad preescolar manifiestan su depresión por síntomas
fundamentalmente psicosomáticos (enuresis, onicofagia, manipulación genital,
miedos nocturnos, llanto). Los escolares lo hacen de forma más cognitiva (falta
de concentración, sentimiento de inferioridad). Por lo general, las niñas con
depresión son tranquilas e inhibidas, mientras que los niños tienen dificultad
para establecer contacto por la tendencia al aislamiento, que, con inhibición de
aprendizaje e irritabilidad, puede llevar a dificultades escolares.
Asimismo es probable que los niños comiencen a consumir drogas o alcohol, siendo
esto más frecuente en el caso de los mayores de 12 años de edad. También es
importante destacar que, aun cuando es relativamente raro y poco frecuente en
niños menores de 12 años, pueden aparecer ideas de suicidio como una salida al
sufrimiento. Esto es más probable en la medida que los niños sean más impulsivos
y conflictivos, y estén más irritables o enfadados. Además, los niños con
antecedentes familiares de violencia, abuso de alcohol o abuso físico o sexual
son los que presentan mayor riesgo.
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