EFECTOS DE LA SEPARACIÓN EN EL RESTO DE LA FAMILIA
En un
mundo en el que hay cada vez más parejas separadas, se está convirtiendo en una
peligrosa moda el llevarse al hijo lejos del otro progenitor, por no estar de
acuerdo con el régimen de visitas estipulado por el juez. Este in crescendo de
la denominada «sustracción de niños» debe entenderse y legislarse como un
secuestro emocional, pues al niño no sólo se le usurpa el contacto con uno de
los padres, sino también con toda la línea familiar, llámense primos, tíos,
abuelos...
En este
punto, los códigos civiles más evolucionados posibilitan las relaciones de los
abuelos con los nietos en los procesos de separación, divorcio o nulidad de las
parejas, haya o no acuerdo.
El
régimen de visitas entre abuelos y nietos será potestativo y no infringirá las
resoluciones judiciales que restrinjan la relación de padres e hijos,
especialmente en casos de violencia doméstica.
Es más,
la custodia de los menores podrá ser encomendada a los abuelos, por decisión
judicial, en caso de desacuerdo entre los cónyuges.
Las
normas más desarrolladas suelen buscar establecer el derecho de los abuelos a
relacionarse con los nietos y el derecho de los nietos a no verse privados del
contacto con los abuelos.
Surgirán problemas; piénsese que los abuelos lo son por parte de padre o de
madre y pueden tomar un equívoco partido, también encontraremos abuelos
separados de sus propias parejas, pero, en general, los abuelos anteponen el
interés de los nietos y buscan su bienestar. Además, les aportarán equilibrio y
seguridad.
|