CLAVES DE LA INTERVENCIÓN EN EL FRACASO ESCOLAR
El uso
de instrumentos de evaluación
Existen
numerosos tipos de instrumentos que nos permiten medir distintas variables que
intervienen en los procesos de la educación, como la capacidad intelectual, los
hábitos de estudio, los errores disléxicos, y también contamos con protocolos
para el diagnóstico del TDAH...
Actualmente los psicólogos de la educación disponen de los recursos necesarios
para detectar con prontitud y rapidez las razones que están justificando unos
resultados negativos. Ello permite poder diseñar un plan de actuación para la
pronta recuperación y prevención del fracaso.
Un buen
pronóstico y una buena intervención están estrechamente relacionados con una
correcta resolución de los problemas individuales en cada caso.
Pensar
que los problemas de un niño pueden ser algo común y pueden ser tratados como
tales está totalmente desaconsejado.
Detección temprana y trabajo previo
Sabemos
que, en mayor o menor medida, unos malos resultados finales se producen tras una
escalada de resultados negativos incipientes, por lo que cuanto antes se
detecten los problemas causantes de éstos, antes se encontrarán las claves que
nos permitan solucionarlos y nos ayuden a mejorarlos y a prevenir el fracaso
escolar.
• En los
primeros años es muy importante centrarse en los aspectos positivos y lúdicos
del aprendizaje, ligándolo al juego y al disfrute.
• Ante
las primeras dificultades es importante que entendamos el rechazo que el niño
pueda manifestar y tratemos de apoyarle, aportándole recursos para que lo pueda
resolver con éxito, y no se quede con la idea de que no puede con ello. Hemos de
entender que pueden existir áreas que le gusten menos, pero él debe ser
consciente de que no puede abandonarlas.
• Hemos
de tratar de que se establezca cuanto antes un hábito de estudio que le permita
asumir que, diariamente, existe un rato para pensar, dibujar, leer, escribir,
hacer cuentas, como tareas primarias, y repasar, memorizar, documentarse, como
estrategias más de cursos avanzados.
• Para
aumentar la motivación es importante inculcarle la necesidad de llevar a efecto
este hábito, antes que otras actividades que puedan gustarle más, generalmente
ligadas al ocio, que también son muy importantes. Si observamos que hay
determinados juegos que acaparan demasiado su atención, deberemos posponerlos
para el fin de semana, o, en todo caso, para última hora de la tarde, cuando
haya acabado sus tareas.
•
Igualmente, es importante que vea a los padres interesados en prestarle la ayuda
que precise ante las dificultades, aunque éstos no deben involucrarse nunca
tanto como para sentarse con ellos y hacer el esfuerzo a medias. El trabajo lo
debe hacer el niño. El objetivo es que, poco a poco, desde pequeños, se
responsabilicen más de las tareas ellos mismos.
Establecer programas con todos los agentes implicados
Educadores, psicólogos, psicopedagogos, neurólogos, cuando los educadores y los
padres detectan unos resultados desfavorables, a través de las continuas
evaluaciones que se le hacen al alumno, lo primero que han de hacer es buscar
las razones que los sustentan, tanto las que puedan estar ligadas al
aprendizaje, como las que puedan deberse a otras cuestiones contextuales,
personales o familiares. La pronta identificación de las causas permitirá al
especialista establecer un plan de intervención en el que, con la participación
de todos los agentes, se puedan conseguir los objetivos académicos y personales
marcados, y que concluirán con el éxito en los resultados.
Los
planes de estudio han de contemplar necesariamente las necesidades que puedan
surgir en este sentido, y deberán ser capaces de adaptarse a la singularidad que
cada alumno precisa como componente del grupo.
La
necesidad de dotar al grupo de recursos para la consecución de objetivos
curriculares ha de compaginarse con la de dotar a los alumnos de los suyos, de
manera adaptada e individualmente, si es necesario, para conseguirlo también.
Trabajar
en cada caso la problemática de que se trate garantizará unos resultados
adecuados. Actualmente, dentro de los protocolos de que disponen los psicólogos,
existen intervenciones diseñadas específicamente para trabajar el TDAH, la
dislexia, las técnicas y el hábito de estudio, los trastornos de conducta, los
problemas emocionales, así como para aumentar la autoestima y la automotivación
en los alumnos.
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