REQUISITOS
PARA EL ÉXITO ESCOLAR: ANÁLISIS DESDE UNA PERSPECTIVA PEDAGÓGICA
¿Qué
deben hacer los padres para contribuir al éxito escolar de sus hijos?
Para
facilitar el éxito de los hijos es importante que los padres tengan en cuenta
los siguientes puntos:
• Los
padres deben ser conscientes de que son el primer y fundamental núcleo en la
educación de su hijo. Hoy, por razones de tiempo, necesitamos que otras personas
(abuelos, profesores, personal de servicio...) permanezcan con nuestros hijos el
tiempo que nosotros no podemos estar con ellos. Estas personas pueden ser una
valiosa ayuda, pero no los pilares educativos. La educación de un hijo es
suficientemente importante como para declinar esta responsabilidad en «otros».
• Deben
definir un proyecto educativo familiar, consensuado por ambos padres, que regule
unos criterios, unas actitudes y unos valores educativos que, compartidos en la
acción diaria, faciliten una forma común de proceder, salvando las connotaciones
que puedan tener las diferencias individuales de ambos. Es en la familia donde
se aprende la base del comportamiento, las actitudes ante la vida, la
orientación moral y religiosa, y donde se desarrollan los rasgos básicos de la
personalidad. Cuanto más consciente, perseverante y coherente sea la acción
educativa familiar, mayor será su influencia en la formación de sus hijos y
mejor se cimentará la base del éxito escolar. Cuando falta esta vida educativa
familiar, se producen importantes carencias en el desarrollo de la persona.
• Educar
la voluntad, la responsabilidad, el afán de superación serán metas importantes
de un proyecto educativo familiar que pretenda el éxito escolar de un hijo.
Ayudarle a creer en sus posibilidades y a sentir que con el esfuerzo se pueden
conseguir las metas que cada uno se propone le llevará a tener un buen
conocimiento y confianza en sí mismo y a desarrollar una alta autoestima.
• Tener
hijos debe ser una acción responsable que implique la dedicación de un tiempo
diario y en ésta es más importante la calidad que la cantidad. Compartir tiempo
es fundamental para el desarrollo equilibrado de los hijos y para la
construcción de una vida familiar sana, pero la interacción que se logre ha de
tener una dirección. Lo correcto es que en esta educación participen los dos
padres, pero, según las circunstancias laborales, puede ser que uno dedique más
tiempo que otro. Esta desigualdad no debe implicar diferencias en la
participación educativa. Los hijos necesitan la aportación de ambos padres.
• Aceptar
al hijo tal y como es, con sus defectos y virtudes, respetando sus
peculiaridades, ésas que le convierten en una persona única. Le formaremos en
sus comportamientos, le ayudaremos a crear hábitos positivos y le transmitiremos
los valores fundamentales para el núcleo familiar. Así, con la ayuda de la
educación familiar, podrá llegar a ser una buena persona. Los hijos no tienen
que ser la respuesta a las expectativas de los padres.
• La
elección de la escuela es responsabilidad de los padres. Deben elegir el centro
cuyo proyecto se ajuste mejor a su idea de educación para su hijo y a las
necesidades de éste. En ocasiones, los problemas escolares de un niño están
relacionados con una elección equivocada de la escuela. Debemos buscar el mejor
colegio para cada hijo, que no siempre es el mismo para todos los hermanos.
• Desde
los primeros cursos de la educación primaria, los padres deben apoyar
diariamente al hijo para que cumpla con su responsabilidad escolar, para ello
será oportuno: estar en contacto con los tutores, estar informado de su
evolución en el colegio, conocer lo que está aprendiendo en cada área, saber qué
deberes debe realizar y mostrarse predispuesto a cualquier necesidad de ayuda;
establecer unas reglas para favorecer el trabajo escolar diario, un lugar fijo,
un horario de estudio. Cuanto antes trabajemos los hábitos, mejores resultados
conseguiremos. Apoyar a un hijo no es suplirle en su responsabilidad frente a
las tareas que debe realizar. Debemos favorecer una educación positiva que
refuerce las conductas que manifiesten su responsabilidad y esfuerzo. Cuando los
padres perciban que algo va mal en el colegio, deben ponerse en marcha y
realizar un análisis de los motivos que pueden ocasionar este desfase. El
análisis debe empezar por un conocimiento más en profundidad de las
características del hijo, a fin de saber por qué no logra aprender. Este
conocimiento puede requerir de la intervención de un psicólogo. Culpabilizar a
los profesores no conduce más que a retrasar la solución del problema. Será
necesario un ajuste en la actuación de padres y profesores para desarrollar las
estrategias que faciliten al hijo el éxito escolar.
¿Qué
debe hacer la escuela para contribuir al éxito escolar de sus alumnos?
Para
facilitar el éxito de los alumnos es importante que los profesores tengan en
cuenta algunas reflexiones:
• La
escuela como institución de educación obligatoria debe ser consciente de su
función social. Su obligación no es enseñar en profundidad; la función de la
escuela obligatoria es formar a los niños y jóvenes, procurándole a cada uno el
mejor desarrollo de sus capacidades y estrategias de aprendizaje, transmitir
actitudes y valores positivos, y facilitarles la cultura general que les permita
un buen desarrollo personal y una buena integración social.
• Debe
partir de una concepción educativa que respete las diferencias individuales. La
premisa «todas las personas somos diferentes; todos los alumnos, como personas
diferentes, pueden aprender "mucho", pero no todos igual» debe estar en el
ideario y en la práctica educativa de cualquier centro escolar que tenga clara
su función social. Las diferencias individuales forman parte de los seres
humanos, no todos los alumnos a la misma edad tienen el mismo nivel de
desarrollo de capacidades, ni de actitudes, ni de niveles instrumentales de
aprendizaje (lectura, expresión escrita, técnicas de estudio); existen distintos
estilos cognitivos, esto hace que ante una misma enseñanza se desarrollen
distintos niveles de aprendizaje.
• Los
criterios y pruebas de evaluación únicos no hacen más que medir a todos por
igual, sin contemplar las diferencias. Si se mide a todos por igual, los menos
capacitados, por aptitudes o actitudes, fracasarán. Recordemos que las notas son
los referenciales que se utilizan como el dictamen para definir al alumno que
fracasa. Para aprender es imprescindible: poder hacerlo, es decir, tener las
capacidades y conocimientos básicos; saber hacerlo, requiere estrategias,
destrezas necesarias y niveles instrumentales acordes; para ello, también es
necesario querer hacerlo, tener disposición, intención y motivaciones
suficientes. Estas tres variables marcan las diferencias individuales. La
educación obligatoria debe facilitar el progreso y el desarrollo de todos.
Atender a la diversidad no es ser benévolo a la hora de evaluar, es ajustar los
objetivos y los criterios de evaluación a las distintas posibilidades de
evolución de los distintos alumnos. La atención personalizada es fundamental
para el buen funcionamiento de la enseñanza.
Medidas para facilitar el éxito
• Definir
un diseño de centro donde existan distintas opciones, para que cada persona
tenga la suya. Un centro debe tener previstos recursos y medidas de apoyo que
puedan ser aplicadas en caso de necesidad. La falta de opciones y recursos
favorece el fracaso.
• Fijar
objetivos y criterios de evaluación que tengan en cuenta distintos niveles de
desarrollo del aprendizaje. La medida de repetición de curso, que supone enseñar
al alumno por segunda vez lo mismo y de la misma manera, no es la solución
idónea para un porcentaje muy alto de aquellos. Los objetivos y criterios,
cuando se ajustan, pueden facilitar el éxito escolar de muchos alumnos.
• Crear
agolpamientos flexibles que permitan a los profesores llegar mejor a las
distintas situaciones de aprendizaje de los alumnos.
•
Establecer programas de apoyo para aquellos alumnos que tengan un nivel de
desarrollo instrumental por debajo de las necesidades de los programas (en
lectura, expresión, comprensión, ortografía, cálculo...). Utilizar los tiempos
de optativas para dar distintas posibilidades dentro del grupo, según los
intereses y necesidades que tengan los diferentes alumnos, a fin de facilitar el
desarrollo personal.
• Formar
a los profesores en conocimientos y estrategias para que así puedan atender a la
diversidad.
¿Qué
debe hacer la Administración para contribuir al éxito escolar?
Cuando
los datos que miden la eficacia del sistema educativo manifiesten indicadores
importantes de fracaso escolar, la Administración debe realizar una coordinación
de esfuerzos entre el Ministerio de Educación y Ciencia, las Comunidades
Autónomas y los Ayuntamientos para desarrollar medidas de prevención y
tratamiento del fracaso escolar. Algunos puntos que se deben analizar para
contribuir al éxito pueden serlos siguientes:
•
Innovación creativa de modelos, planes de estudio y procedimientos. La educación
escolar está anclada en unos modelos, en unos planes de estudio y en unos
procedimientos que quedan arcaicos ante el ritmo vertiginoso de cambio que
experimenta la sociedad. Decimos que nuestros jóvenes, a pesar del mucho tiempo
que la escuela dedica a enseñarles, cada vez saben menos. Aprenden para olvidar
tras la evaluación. ¿Qué está pasando? ¿Por qué dedicar tantas horas a enseñar
contenidos que los alumnos aprenden tan poco? Los planes de estudio que siguen
el modelo comprensivo son muy amplios y aburridos para los alumnos, se debería
conjugar con mayor equilibrio el análisis del pasado con la formación para el
futuro. Deberían incluir programas sistemáticos que desarrollen la capacidad de
aprender, de pensar, la curiosidad por conocer y que posibiliten al alumno
asimilar cualquier contenido. Hoy la información es tanta y tan diversa, que es
difícil seleccionar la fundamental para todos. La escuela requiere de grandes
dosis de creatividad que la lleve a modelos nuevos, más eficaces.
• Por
otra parte, la escuela precisa de unas áreas donde se puedan impartir programas
dirigidos a desarrollar el crecimiento personal transmitiendo los valores
básicos y la convivencia social (respeto, tolerancia, responsabilidad...). La
escuela sufre los problemas sociales de los jóvenes que tanto nos preocupan en
la actualidad (adicciones, agresividad, indisciplina), pero carece de planes de
formación para hacerles frente.
• Debe
establecer con más precisión el equilibrio entre educación comprensiva (unos
programas iguales para toda la población del territorio) y las medidas de
tratamiento a la diversidad.
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