CÓMO
IDENTIFICAR A UN NIÑO CON TRASTORNO DE LA ATENCIÓN CON O SIN HIPERACTIVIDAD
Tres son
los grandes síntomas de un niño con TDAH:
Problemas atencionales
• No presta atención a
los detalles, incurre en muchos errores por descuido tanto en tareas
escolares como en las actividades lúdicas.
• Parece no escuchar
cuando se le habla directamente.
• No sigue las
instrucciones y tareas que se le piden en casa y en el colegio, no por ser
desobediente o por no comprender las instrucciones.
• Se le olvidan las
instrucciones que se le dan.
• Tiene dificultades
para organizarse tareas y actividades.
• Evita y le resultan
costosas las actividades que requieren esfuerzo mental mantenido por un
tiempo.
• Se distrae con
cualquier estímulo.
Por
ello son niños a los que:
Les
cuesta concentrarse en una tarea durante mucho tiempo, dejan las cosas sin
terminar, pasan de una actividad a otra en los trabajos escolares, en los juegos
y hasta en las actividades más rutinarias como el aseo personal, vestirse, hacer
un recado, etcétera, cualquier estímulo les distrae y les hace olvidar lo que
estaban haciendo o lo que tenían que hacer, pierden las cosas, «está en todo y
no está en nada», «está en las nubes», «parece que no oye».
Hiperactividad
• Tienen exceso de
movimiento, en manos, pies, en el asiento.
• Son incapaces de
permanecer mucho tiempo sentados.
• Corren, saltan, trepan
en situaciones en las que es inapropiado hacerlo.
• Tocan todo.
• Están continuamente en
marcha.
• Hablan en exceso.
Por
ello son niños que:
Están en
movimiento constante, se levantan y merodean sin sentido, cuando están sentados
se mueven mucho, cambiando de postura, enredando con sus pies y manos, haciendo
ruiditos, canturreando, dando golpes en la mesa, tocándolo todo, y con
frecuencia las cosas se les caen, se les rompen, mordisquean los lápices, la
ropa. Es como si «nunca se les agotaran las pilas», como si nunca se cansaran,
«como si tuvieran un motor encendido constantemente», como si no necesitaran
descansar ni dormir. Esa hiperactividad también se manifiesta a nivel verbal,
hablan mucho, con una verborrea constante, dicen todo lo que se les pasa por la
cabeza, pasan de un tema a otro...
Impulsividad
• Se precipitan en
responder antes de enterarse de lo que les están pidiendo, antes de haber
sido terminada la pregunta.
• No saben esperar el
turno.
• Interrumpen o se
inmiscuyen en las actividades de los otros.
• Hacen o dicen lo
primero que se les pasa por la cabeza.
• No se dan cuenta
cuando están cometiendo un error.
• No son capaces de
inhibir o modular sus reacciones inmediatas a los acontecimientos.
Por
ello son niños que:
Cometen
muchos errores sin darse cuenta, ellos creen que lo están haciendo bien. No
interiorizan las normas ni las reglas, pues se les olvidan. No son capaces por
sí solos de seguir instrucciones complejas, necesitan constantemente un
supervisor que les vaya diciendo qué es lo que tienen que hacer y cómo para que
les salga bien. No piensan ni anticipan las posibles consecuencias que van a
tener sus comportamientos, por lo que no ajustan su actuación a la situación;
por ejemplo, dicen en alto lo que piensan sin darse cuenta de que están en
clase, de que van a molestar a los compañeros e interrumpir al profesor. Sólo se
dan cuenta de que han hecho algo inapropiado a posteriori, cuando les han
castigado; pero este aprendizaje no les servirá para conseguir inhibir su primer
impulso en el futuro, por lo que volverán a actuar de forma inapropiada o
errónea. No es que no sepan hacerlo o que no quieran, es que no identifican
cuándo deben hacerlo, no lo ponen en práctica cuando deben, «no es que no sepan
hacerlo es que no pueden hacerlo cuando toca».
¡Cuidado!
La presencia de estos síntomas, características, comportamientos y
manifestaciones no es suficiente para pensar que esta-ante un TDAH.
Muchos de
estos comportamientos son normales a ciertas edades y en ciertos contextos,
incluso manifestaciones de otra problemática u otro trastorno. La frecuencia, la
intensidad, la duración en el tiempo de estas manifestaciones, la evolución de
las mismas, el que sean un patrón estable en distintos contextos, entre otras
cosas, es lo que nos va a indicar si estamos o no ante un TDAH.
Los
síntomas de hiperactividad, impulsividad o desatención deben:
• Estar presentes antes
de los 7 años de edad.
• Estar presentes en dos
o más ambientes diferentes: en casa, en el colegio, en los campamentos, en
las actividades extraescolares.
• Existir pruebas claras
de un deterioro clínicamente significativo de la actividad social,
escolar...
• Y no deben ser
resultado de otro tipo de trastorno mayor.
Por eso
«no todos los hiperactivos se mueven mucho siempre, ni todos los que se mueven
mucho son hiperactivos». La diferencia está:
• En que
los niños hiperactivos justo cuando necesitan estarse quietos, cuando la
actividad o la situación requiere un control de sus movimientos, es cuando más
dificultades tienen y más se mueven. «No todos los niños que se distraen mucho
son hiperactivos, ni todos los hiperactivos se distraen mucho».
• En que
cuando están realizando una tarea que requiere pararse a pensar, que demanda un
esfuerzo mental, es cuando mayores dificultades de atención presentan y cuando
todos los estímulos que les rodean les invaden. Pero son niños capaces de estar
atentos a otras tareas que no requieran tanto esfuerzo mental, como por ejemplo
ver una película, jugar a un videojuego. «No todos los niños que tienen
dificultad de autocontrol y que actúan impulsivamente son hiperactivos, pero sí
todos los hiperactivos actúan impulsivamente».
Así pues,
las diferencias son;
• Los
niños hiperactivos, a la edad en la que ya se tiene un determinado autocontrol,
ellos no lo han adquirido todavía.
• No
adecuan su comportamiento a la situación: hablan de igual manera al profesor que
a un amigo, se comportan igual cuando están en casa que en la consulta del
médico...
• A la
hora de resolver un problema tienen diferentes dificultades:
- No
generan una única alternativa para su resolución.
-
Normalmente esa alternativa suele ser ineficaz e inadecuada.
- Si se
les hace reflexionar y buscar otras alternativas, las que generan son siempre
variaciones sobre la primera alternativa.
- No
aprenden de sus errores.
Pero
si... se observan estas manifestaciones en un niño, lo más adecuado es acudir a
un equipo de profesionales especialistas (médico y psicólogo) para que
conjuntamente realicen una evaluación y den las pautas de intervención y
tratamiento adecuados.
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