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QUÉ DEBEMOS HACER SI CONSIDERAMOS QUE YA DEBERÍA CONTROLAR LA MICCIÓN
NOCTURNA
Hasta los
3 años no deberíamos intentar procedimientos específicos de entrenamiento para
que el niño no moje la cama durante la noche y, en ningún caso, sin la ayuda
profesional de un psicólogo. Es lógico que los padres deseen acabar con los
pañales y, probablemente, a esta edad, otros hijos o niños vecinos ya no mojaban
la cama, pero si el niño manifiesta deseos de aprender y los padres están
preocupados por su falta de control se debería consultar a un psicólogo clínico
que nos dará las pautas de comportamiento oportunas y nos corregirá, si es el
caso, los procedimientos habituales que hemos explicado hasta ahora en los
espacios anteriores para facilitar su aprendizaje.
En todo
caso, si el niño se va retrasando en este aprendizaje, los padres deben de
concentrarse, en primer lugar, en comprobar que el niño controla perfectamente
de día, reteniendo la orina en periodos superiores a dos horas; usando el
inodoro cuando lo considera conveniente o pidiendo ayuda cuando siente ganas de
orinar; pudiendo evacuar antes de ir a dormir o antes de salir de casa aun con
la vejiga medio vacía.
En
segundo lugar observar si hay quejas o informes de dolor al evacuar (disuria),
goteo diurno, chorro débil e irregular o urgencia urinaria tan exagerada que no
da tiempo a desabrocharse para ir al baño. En estos casos, si el problema
persiste, habría que consultar con el pediatra.
En tercer
lugar, si el niño moja la cama entre dos y cinco veces por semana hay que
continuar con el entrenamiento habitual de los padres, recordando que éstos sólo
deben intentar facilitar el aprendizaje. De todos modos, a partir de los 4 años
se debe consultar con el psicólogo si persiste la falta de control o los padres
están preocupados.
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