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SIGNIFICADO
DEL MIEDO
El miedo
representa un sistema de alarma que advierte de un peligro. En ocasiones, el
peligro es real, es decir, existe algo que objetivamente puede causar un daño.
Sin embargo, en otros casos, la amenaza es subjetiva y surge de la
sobrevaloración del peligro y/o de la infravaloración de los recursos
disponibles para afrontarlo.
En la
infancia, los miedos son naturales y frecuentes. El niño cuenta con pocos
recursos para enfrentarse a los múltiples estímulos que le pueden amenazar
(físicos, psicológicos y sociales) y es normal que experimente temores.
Habitualmente, se tiende a proteger al niño de esas amenazas, manteniéndole en
un ambiente seguro, mientras va adquiriendo recursos de afrontamiento y va
aprendiendo a calibrar el riesgo real de cada amenaza.
El miedo
alerta de los peligros y es el primer paso para ir aprendiendo a enfrentarse a
ellos. La infancia es un periodo en el que se tienen que ir dando estos
aprendizajes. Para adquirirlos adecuadamente, es necesario que se mantenga un
equilibrio suficiente entre la percepción de amenaza y los recursos de
afrontamiento. Si la protección externa evita completamente que se perciba la
amenaza, no se aprenderán las estrategias de afrontamiento que, tarde o
temprano, será necesario utilizar. Por el contrario, si la protección externa es
escasa, el sentimiento de indefensión llevará a percibir una mayor amenaza y a
generar unas respuestas tan intensas que bloquean el proceso de aprendizaje.
Normalmente, el niño va ganando confianza en sí mismo y disminuye su percepción
de amenaza. De este modo, logra superar los miedos.
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