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LA TERCERA EDAD Y LA ANDROGINIA
Los papeles asignados a los géneros pierden su rigidez e, incluso, se
invierten en la ancianidad. Cuando los hijos se hacen mayores, la mujer
queda menos circunscrita al papel materno. En algunos matrimonios, al ser
mayor el marido que la mujer, él puede haberse jubilado mientras ella
trabaja todavía. Así, él puede hacer muchas tareas del hogar mientras ella
se ocupa de ganar el sustento.
Este cambio de papeles de género sugiere que los ancianos son más andróginos
que los adultos jóvenes. Los hombres mayores son más andróginos que los más
jóvenes, pero las mujeres mayores lo son menos que las jóvenes. En realidad,
el porcentaje de mujeres femeninas aumentó en las categorías de edad
superior. Quizá esto signifique que tanto los hombres como las mujeres se
hacen más femeninos con la edad, lo que haría que hubiera más hombres
andróginos y más mujeres femeninas.
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