La energía bioeléctrica está
presente en cada célula del cuerpo y viaja siguiendo ciertos circuitos muy
bien definidos llamados meridianos. Estos Meridianos son usados por
la acupuntura para regular la cantidad de energía que se encuentra y circula
por las diversas partes del cuerpo. El principal circuito de nuestro cuerpo
se llama órbita microcósmica, que puedes ver en la imagen.
El primer indicio de éxito en
la práctica de la meditación es una sensación de calor en la región que se
encuentra por el ombligo y por debajo de este. Ahí está la sede de la
vitalidad, donde la energía se acumula espontáneamente cuando el cuerpo
permanece quieto y la mente serena, y la respiración es pausada, rítmica y
profunda. Otros signos que a veces se presentan son escalofríos o “piel de
gallina” a lo largo de la columna, sensación de hormigueo en las manos, los
pies y/o los genitales, y oleadas de calor que fluyen como agua por la
superficie del cuerpo. Todos estos signos indican que la energía vital ha
comenzado a concentrarse y circular por los dos principales canales de
energía del cuerpo.
Transmutar la fuerza
generadora consiste en elevarla por el Canal posterior, desde la base de la
columna hasta la parte posterior de la cabeza y de ahí al cerebro, para
hacerla descender luego por el Canal anterior hacia la cavidad situada
detrás del paladar, y de ahí a la garganta, al plexo solar y a esta zona que
se encuentra bajo el ombligo. Esto se llama recorrer la Órbita Microcósmica.
Estudia cuidadosamente la
Órbita Microcósmica tal como se representa en la figura y aprende de
memoria las diversas ramificaciones de la energía vital que se hallan en el
camino. El Canal anterior pertenece a la energía masculina y comienza en el
punto del perineo situado entre el ano y el escroto, sube a través del
cóccix y de la espalda hasta el punto en donde se unen las vértebras
torácicas y las cervicales. De ahí entra en la base del cráneo hasta la
coronilla y desciende por entre los ojos hasta un punto asociado con la
glándula pituitaria llamado "tercer ojo», desde el cual sigue hasta su final
en la cavidad situada tras el paladar. Desde ahí se conecta con su
complemento femenino, el Canal anterior o delantero, que desciende por la
parte frontal del cuerpo.
El Canal de delante recibe la
energía que desciende del Canal anterior en un punto situado justo debajo de
la lengua. Para que pueda producirse esta conexión de la energía
vital, la lengua debe estar firmemente apoyada sobre el paladar a fin de
formar un puente para que la energía pueda cruzar el espacio entre la
mandíbula superior y la inferior. Desde la lengua, la energía baja hacia la
base de la garganta y sigue hacia el corazón, el plexo solar y la zona del
ombligo, desde donde regresa a la zona que se encuentra entre el ano y el
escroto, donde la energía vuelve a enlazar con el Canal posterior.
Al principio basta con que
trates de concentrar tu mente en estos dos poderosos canales de energía y
sus principales puntos intermedios. Estate atento a la aparición de
cualquier signo de calor, hormigueos o “apertura” a lo largo de la Órbita
Microcósmica, y, si percibes alguno, concentra tu atención en él. Una vez te
hayas familiarizado con estos canales y sus puntos, podrás pasar a la fase
de “utilizar la mente para mover la energía”, en lugar de limitarte a seguir
la energía con la mente. Sin embargo, ten presente que esto debe realizarse
sin aplicar un esfuerzo excesivo, que tiende a fatigar el espíritu y
bloquear el aliento. Limítate a mantener la mente tan ligera y vacía como
pueda mientras va explorando tranquilamente los canales de energía, sin
preocuparse en absoluto por los “resultados”.
Hacen falta muchas palabras
para describir esto, pero en la práctica real todo ocurre de una forma
espontánea, no verbal y completamente intuitiva. Las únicas llaves que te
permitirán abrir las puertas de la Órbita Microcósmica son la paciencia y la
práctica prolongada.