Es necesario cultivar la esencia sexual por medio del coito. Las respuestas
sexuales del hombre quedan limitadas en gran medida a su pene, mientras que
las de la mujer se producen en todo el organismo. Lo mismo sucede con las
secreciones sexuales. La esencia masculina procede principalmente de su
órgano sexual, pero la mujer emite esencia por los “Tres Picos”: lengua,
pezones y vagina. Los hombres que practican la alquimia sexual se benefician
de estas tres “libaciones”.
Existen grandes beneficios
medicinales de la “libación superior”, pero únicamente la saliva que es
segregada y succionada durante el coito contiene el elixir mágico. Si el
hombre ingiere durante el coito abundante saliva de la mujer, ésta
purificará su estómago como si se tratara de un caldo medicinal.
En cuanto al notable valor
terapéutico de la “libación central”, segregada por los pezones de la mujer,
se sabe que la leche materna contiene poderosos factores inmunología
segregados por ciertas glándulas de las mamas que protegen a los niños de
pecho de una amplia variedad de enfermedades peligrosas. No es descabellado
suponer, por lo tanto, que los conductos que segregan tales factores
inmunológicos pueden ser estimulados por la combinación de una intensa
excitación sexual y una poderosa y prolongada succión de los pezones durante
el coito, y que dichas secreciones constituyen la “Gran Libación del Pico
Central”.
Con respecto a la libación
inferior, el cunilinguo es un excelente método para absorber este elixir.