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VOLUNTAD
La voluntad es una facultad,
un rasgo del car ácter,
imprescindible para recorrer el camino espiritual. Nadie puede vivir
espiritualmente si no ejerce una fuerte voluntad. Ésta es necesaria para ser
consciente y obrar adecuadamente, pues muchas cosas buenas que debemos
realizar se pierden en medio de temores, dudas, vacilaciones y falta de
determinación.
La voluntad, la perseverancia,
incluso la obstinaci ón,
son necesarias muchas veces a la hora de obrar adecuadamente. En muchas
ocasiones la persona espiritual debe enfrentarse consigo misma o con los
demás. Entonces debe imponer su criterio ante la adversidad, y para ello se
requiere mucha voluntad y energía.
La voluntad es la llave que
nos abre las puertas de la espiritualidad. Sin la voluntad es imposible que
el conocimiento de la verdad venza, por s í
solo, la resistencia que ofrecen las circunstancias a nuestro obrar
adecuado. La voluntad debe surgir siempre de la consciencia, del
conocimiento y del amor, y debe ser el fruto de la reflexión. Como las demás
virtudes, la voluntad, junto a la persistencia y la perseverancia que le
acompañan, no puede ejercerse separada de la espiritualidad. Alguien que
sólo sea voluntarioso o persistente puede no obrar adecuadamente y ser para
sus semejantes un fastidio irritante. Pero cuando la voluntad surge desde la
consciencia y está acompañada de las demás
virtudes resulta una facultad esencial.
La verdadera voluntad se
ejerce
únicamente viviendo de manera espiritual. Y la ocasión para vivir
espiritualmente se presenta a cada momento, pues siempre debemos ser
conscientes y obrar adecuadamente. También se ejerce la voluntad cuando se
aceptan de buen grado dolores inevitables, como por ejemplo determinados
dolores físicos, ante algunos de los cuales la ciencia se encuentra
impotente, o los dolores morales, que se producen cuando se ha obrado
inapropiadamente. Para ejercer la magnanimidad y la superioridad que ofrece
la voluntad se necesita ser consciente, dueño y señor de sí mismo, del
propio cuerpo físico,
de las emociones, sentimientos y pensamientos.
La voluntad es una opci ón
espiritual de la persona en la que toda ella se unifica y dispone de sí
misma. Es el poder y la decisión
a obrar, es asiduidad y perseverancia, y es irresistible, pues con el tiempo
derroca y destruye a las mayores potestades. El tiempo es amigo y ayuda a
los que aguardan su oportunidad inteligentemente, pero es un enemigo que
destruye a los que avanzan a tientas y a locas.
Cuando nos parece que las
cosas andan mal, como a veces nos sucede, y el camino que recorremos lo
encontramos cuesta arriba y lleno de penurias, podemos hacer un alto y
reflexionar, pero nunca cejar. Rara parece la Vida, con sus vueltas y
revueltas, pero todos con el tiempo aprendemos que m ás
de un fracaso puede ser un triunfo si persistimos en vez de claudicar.
Debemos caminar nuestro camino con voluntad y perseverancia, persistir en
nuestro trabajo espiritual. Aunque el andar sea lento tal vez cumplamos
nuestro propósito con sólo un esfuerzo más. A nuestro objetivo se llega
también a través del fracaso. Casi nunca sabemos a qué distancia nos
encontramos de él, puede que sea cerca cuando parece que sea lejos. Aunque
todo parezca en contra nunca hay que cejar ¿Quién sabe lo que es fracaso,
quién sabe
lo que es fracasar?
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