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MUJERES LESBIANAS Y BISEXUALES
Entre el hombre y la mujer, el amor es un acto; cada desgarro del yo se
convierte en otro: lo que llena de admiración a la mujer enamorada es que la
lánguida pasividad de su carne se refleje en la impetuosidad del varón; sin
embargo, la mujer narcisista reconoce sus atractivos, pero sólo de forma muy
vaga en la carne erecta del hombre. Entre las mujeres, el amor es
contemplativo; las caricias no pretenden tanto conseguir la posesión de la
otra sino recrear el yo por medio de ella; se abole la separación, no hay
lucha, no hay victoria, no hay derrota; en exacta reciprocidad, cada una es
a la vez sujeto y objeto; soberana y esclava; la dualidad se convierte en
mutualidad.
Simone de beauvoir: El segundo sexo.
Con la revolución sexual y el movimiento feminista, surge también la
liberación homosexual. Podemos fijar la aparición del movimiento de
liberación homosexual en junio de 1969, cuando los homosexuales se
amotinaron en el Greenwich Village de Nueva York, en respuesta a los ataques
de la policía. Las lesbianas se han unido a veces con el movimiento de la
mujer y otras se han enfrentado con él. Las lesbianas radicales dicen que,
para liberarse de verdad, las mujeres deben hacerse separatistas; es decir,
deben permanecer separadas de los hombres. Entre otras cosas, esto iría en
contra de la heterosexualidad y a favor del lesbianismo. Las lesbianas más
moderadas trabajan en pro de los objetivos moderados del movimiento de la
mujer como, por ejemplo, para acabar con la discriminación laboral. Es obvio
que una exposición sobre la mujer quedaría incompleta sin referirse a las
mujeres lesbianas y bisexuales. |