|
EL FEMINISMO. PASADO Y FUTURO
Basándome en el sentido común y en la constitución de la mente humana, niego
que alguien conozca ni pueda conocer la naturaleza de los dos sexos, en la
medida en que sólo se contemple en sus actuales relaciones mutuas... Lo que
ahora se llama naturaleza de la mujer es algo eminentemente artificial: el
resultado de la represión forzada en ciertas direcciones, de la estimulación
no natural en otras.
John Stuart Mill: The Subjection of Women.
El gran filósofo y
feminista John Stuart Mill vivió en una época en la que no existía la
ciencia psicológica. Creía que nadie podría entender la auténtica naturaleza
de las mujeres y de los hombres. Pasados más de cien años y después de una
gran cantidad de investigaciones psicológicas, ¿cómo podríamos responder a
Mill?
Desde luego, a ningún científico se le ocurriría decir que conoce la
"auténtica naturaleza" de la mujer mejor que Mill. Pero creemos que no es
ésa la pregunta adecuada. En vez de intentar establecer la "auténtica
naturaleza" femenina, sería mejor procurar comprender cómo operan ahora las
mujeres en nuestra cultura, desde el punto de vista psicológico, cómo
funcionan en otras culturas y en otros momentos y cuáles son sus
posibilidades futuras.
En este espacio Web nos hemos ocupado, sobre todo, de intentar comprender
cómo funcionan las mujeres en nuestra cultura, desde el punto de vista
psicológico. Para hacerlo, hemos revisado las teorías e investigaciones
científicas vigentes en la actualidad. A menudo, no hemos podido ofrecer
respuestas definitivas pero sí, al menos, presentar ciertas ideas razonables
que las investigaciones posteriores se encargarán de perfeccionar.
A través del texto han surgido reiteradamente algunos temas importantes. Uno
de ellos es el de las semejanzas entre los géneros; la idea de que mujeres y
hombres se parecen más de lo que difieren entre sí. Otro tema ha sido la
ambivalencia, como aparece en el conflicto entre el rendimiento y la
feminidad, entre la maternidad y el desarrollo de una profesión y en torno a
la sexualidad. Por último, conviene tener en cuenta tanto el género como el
carácter étnico como elementos que definen la identidad y de los papeles de
las personas. |