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EL ACOSO SEXUAL
EN EL TRABAJO
En el trabajo, el acoso sexual puede adoptar formas muy diversas. Un posible
futuro patrono puede dejar muy claro que la actividad sexual es un
prerrequisito para la contratación. Las actrices pueden contar muchos
incidentes de este tipo. En el trabajo, la actividad sexual puede
convertirse en medio de conservar el puesto, para ascender o para otras
ventajas, como una subida de sueldo. Veamos un caso:
Carmen, que trabajaba de camarera, estaba sirviendo a un cliente cuando éste
le levantó la falda. Cuando acudió a su jefe, pidiéndole protección al
respecto en el futuro, él, en cambio, la acosó. "Me puso a prueba",
recordaba ella, "como si yo fuese la culpable. Después, las cosas fueron de
mal en peor. Me dieron unas mesas fatales y las peores horas."
Un incidente como éste es un caso claro que muestra cómo utiliza el hombre
su posición de poder para castigar a la mujer si no accede a sus peticiones
sexuales. Las mujeres suelen decir que esta experiencia es degradante y
humillante, produciendo una sensación de indefensión parecida a la
manifestada por las víctimas de violaciones.
Las investigaciones muestran que el acoso sexual es más corriente de lo que
muchas personas creen. En un estudio realizado sobre una muestra bien
escogida, el 21% de las mujeres trabajadoras, frente al 9% de los hombres,
manifestó haber sido objeto de acciones que una experta calificó como acosos
sexuales evidentes. La inmensa mayoría de los agresores (el 78%) son
varones.
En un estudio se encuestaron a cerca de 2.000 ejecutivos respecto al acoso
sexual. Descubrieron que las mujeres situadas en posiciones de alta
dirección percibían este problema de forma muy diferente que los hombres
establecidos en un nivel semejante. Dos tercios de los varones creían que
"se exageraba mucho" con respecto al alcance del problema, mientras que sólo
un tercio de las mujeres estaba de acuerdo con tal apreciación. No obstante,
las tres cuartas partes, más o menos, de los encuestados (hombres y mujeres)
estaban de acuerdo con enviar un comunicado a todos los empleados
manifestando la desaprobación del acoso sexual.
El acoso sexual en el trabajo no sólo es una molestia. Puede suponer la
diferencia entre progresar o no en la propia carrera. Para la mujer de clase
trabajadora que sostiene a su familia, el despido por no aceptar el acoso
sexual es una catástrofe. Las posibilidades de coaccionarla son enormes. |
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