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Las actitudes frente
a la violación
Un psicólogo investigó las actitudes que mantienen frente a la violación la
policía, los violadores, los asesores en dichos casos de violación y los
ciudadanos en general. Comenzó su trabajo elaborando un cuestionario que
mediría las actitudes de las personas ante distintos aspectos de la
violación. Los ítems se clasificaban en una escala de 1 ("completamente de
acuerdo") a 6 ("en total desacuerdo") y consistían en enunciados como: "Una
mujer debe responsabilizarse para impedir que la violen". Tras elaborar esta
escala de actitudes, el investigador paso la encuesta a personas de los
grupos antes citados. Obtuvo una serie de resultados interesantes.
En general, estaban completamente de acuerdo con los siguientes enunciados:
"una mujer puede ser violada contra su voluntad" y "una mujer no debe
sentirse culpable después de haber sufrido una violación". El desacuerdo fue
rotundo con respecto a estos enunciados: "una mujer violada es una mujer
menos atractiva"; "si una mujer va a ser violada, también puede relajarse y
disfrutar"; "la mayoría de las mujeres desea secretamente ser violada"; "a
las mujeres “bonitas” no las violan", y "la violación sirve para poner o
mantener en su “sitio” a las mujeres". Por otra parte, la media de las
personas consultadas se mostró neutral (puntuación alrededor de 3,5) con
respecto a ítems como: "las mujeres provocan la violación por su aspecto o
conducta" y "el motivo por el que la mayoría de los violadores cometen la
violación es el sexo".
Como era de suponer, se manifestaron diversas diferencias de género en las
actitudes frente a la violación. Los hombres indicaron en una medida
significativamente mayor que la mujer tenía que responsabilizarse para
impedirla; que el castigo de la violación debía ser fuerte; que las víctimas
la provocan por su aspecto o su conducta; que los violadores son mentalmente
normales; que no están motivados por la necesidad de poder sobre las
mujeres; que una mujer resulta menos atractiva a consecuencia de haber sido
violada, y que no debe oponerse durante la violación. Asimismo, es cierto
que las actitudes frente a dicho acto aparecían correlacionadas con las
actitudes hacia las mujeres.
Es reconfortante que se produjera una diferencia significativa de puntos de
vista ante la violación entre los violadores y los asesores en casos de
violación. Los violadores convictos estaban más dispuestos a suscribir estos
puntos de vista: la prevención de la violación es, ante todo, una
responsabilidad de la mujer; está motivada por el deseo de tener relaciones
sexuales; es probable que las víctimas provoquen la violación por su aspecto
o conducta, y los violadores no son mentalmente normales.
Sin embargo, resulta desolador que el punto de vista de los oficiales de
policía sobre la violación se parezca más al de los violadores que al de los
asesores. En la mayor parte de los casos, no se encontraron diferencias
significativas entre los policías y los violadores. También es cierto que
las actitudes de los ciudadanos en general se parecían más a las de los
violadores que a las de los asesores. Por regla general, parece que los
ciudadanos tenían una visión negativa de las víctimas de violaciones. |
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