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DEL AMIGO ÍNTIMO AL
ENAMORAMIENTO
Ciertamente, practicar la amistad en toda su plenitud es una forma de amar.
Se ama intensamente al amigo íntimo. Indiquemos aquí que se puede amar de
diversas maneras. Así, por ejemplo, la vinculación afectiva entre dos amigos
o dos amigas constituye uno de los géneros básicos del amor humano, que
primordialmente son cinco: amor maternal hacia el niño, amor del niño hacia
la madre, amor al amigo, amor hetero u homosexual y amor parental. Sin
descuidar el amor místico y la sublimación de amar a Dios.
En las amistades adolescentes se desarrolla en primer lugar la ternura,
disociada todavía de este otro componente del amor que es el instinto sexual
y cuya intensificación lleva habitualmente al muchacho y a la muchacha a
volverse hacia el otro sexo (al tema del amor homosexual o lesbiano, más
complejo debido al rechazo de nuestra sociedad, hablamos en otro espacio).
El amor se vuelve entonces el gran asunto de su vida, con sus emociones y
sus tormentos, y sobre todo con su gran carga de romanticismo. Así es, pues
los adolescentes empiezan casi todos por soñar en un amor ideal, depurado de
todo elemento carnal, un amor adornado por la imaginación y la fantasía, a
cuya visión la realidad aparece insulsa y deslucida.
La tendencia a idealizar el instinto es común, en principio, a chicos y a
chicas; se traduce en la nueva intensidad de la vida imaginativa, en los
largos ensueños, en el gusto por la soledad. Así, en lo imaginario, es donde
el adolescente, y aún más la adolescente, van a saciar primero su necesidad
de amar y de ser amados. En el terreno de la fantasía pueden entregarse sin
peligro a los ardores de la pasión amorosa; compensar, atribuyéndose todas
las gracias y toda la capacidad de seducción, la torpeza y la timidez que
manifiestan en la realidad...
El enamoramiento podrá seguir diversos derroteros, según predominen los
aspectos platónicos o carnales. Aunque actualmente existe la tendencia a
identificar el amor con lo sexual, hasta el punto de considerar que no hay
amor sin el ejercicio de la sexualidad, hay parejas de adolescentes que
optan por no tener relaciones sexuales, dando así una mayor trascendencia
espiritual a su relación amorosa.
Es conocido que el enamoramiento de los chicos y de las chicas presenta una
evolución muy diferente. Los chicos varones no podrán ignorar mucho tiempo
el carácter erótico de sus imaginaciones amorosas, por muy idealizadas que
sean, pues no tardarán en ir acompañadas de procesos genitales (como las
erecciones) que ponen en evidencia el vínculo que las une con la sexualidad
(muchos jóvenes deben enfrentarse a un impulso sexual muy insistente con
imágenes eróticas muy vivas).
Así, un muchacho expresa su identidad sexual (de su género) a través de las
imágenes de las fantasías eróticas y los sueños que acompañan sus poluciones
nocturnas. De esta manera, los ensueños del adolescente tomarán rápidamente
un giro más realista, mientras que la adolescente continuará con los suyos,
ignorando la sexualidad que les da color. Como las muchachas no suelen tener
sueños orgásmicos en la adolescencia, manifiestan más bien su identidad de
género a través de fantasías romántico-sentimentales, en relación quizá con
una experiencia real, con una narración de amor o con una película
romántica. En ella, la toma de conciencia de su capacidad sexual se efectúa
más tarde, ya que la excitabilidad sexual permanece más tiempo difusa, sin
localización precisa en los órganos genitales. Ellas fingen sexo para
obtener amor, y ellos fingen amor para obtener sexo. La ternura se
desarrolla antes que el placer de los sentidos y, por esto, las
imaginaciones sentimentales y novelescas ocuparán, en principio, un espacio
mucho más considerable en la vida de la joven. La mujer tiene el cuerpo
ensartado en el alma, y los hombres tienen el alma invadida por el cuerpo.
En otras palabras: él la desea a ella, mientras que ella desea ser deseada
por él... Así, pues, la tendencia a idealizar el amor está más marcada en la
adolescente que en el adolescente. Durante más tiempo que él, ella se va a
satisfacer con amores imaginarios, o por lo menos apenas reales, pues los
seres por los cuales se inflama cuentan menos que los sentimientos que
inspiran.
Por supuesto que en cada época, en cada sociedad y en cada cultura ocurrirán
cambios y variaciones, no siendo inusual encontrar adolescentes mujeres en
quienes la vivencia erótica es intensa e importante, así como adolescentes
varones con inclinaciones poéticas, ascéticas y románticas.
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