Cómo controlar el dolor
El dolor
es un síntoma subjetivo en cuya raíz hay algo objetivo. Nocicepción es, en
medicina, la detección y reconocimiento por parte del organismo de los estímulos
dolorosos. A veces este reconocimiento no aparece bajo determinadas
enfermedades, o por aprendizajes muy especiales. Los enfermos esquizofrénicos
crónicos y muy deteriorados no tienen a veces esta nocicepción. Algunos bonzos
son otro ejemplo. Se ha dicho que hay una sustancia en el organismo que es capaz
de anular esta nocicepción y que se ha denominado sustancia P.
El dolor
es una percepción y reconocimiento consciente del estímulo nociceptivo. Estímulo
nociceptivo tenemos cuando estamos anestesiados y no sentimos dolor, o durante
el sueño. El dolor es siempre consciente. Otro ejemplo sencillo es el de los
borrachos, que tienen nocicepción, pero por tener una conciencia enturbiada por
el alcohol no tienen, o tienen muy poco, dolor.
Finalmente, el dolor es sufrimiento, es decir, la respuesta afectiva, conductual
y emocional, frente al dolor, se llama generalmente sufrimiento.
Algunos
dolores no se controlan con analgésicos. Por ejemplo, la angina de pecho. Otro
axioma importante es que hay que tratar al enfermo y no al síntoma. Y esto es
lógico, porque el sufrimiento es algo muy personal. El control del dolor hay que
hacerlo a su debido tiempo, ya que si no, estamos evitando que el organismo se
defienda de acontecimientos externos e internos.
El dolor
se controla tratando en primer lugar la nocicepción. Es decir, inhibiendo o
solucionando esta nocicepción donde se produzca. La angina de pecho se trata
haciendo que las arterias coronarias aumenten su caudal de sangre por medios
químicos que no son analgésicos. En algunos casos se usan estos últimos, en
otras ocasiones, se usan antiinflamatorios, etc.
El
segundo escalón es tratar la percepción y el reconocimiento del estímulo
nociceptivo. En este caso, se usan los anestésicos, que lo que hacen es
disminuir, hasta anular, la conciencia de una forma reversible. El analgésico
actúa, en general, sobre la nocicepción; el anestésico actúa sobre la percepión
del dolor. Las fronteras entre los analgésicos y la anestesia son muy permeables
y, a veces, analgésicos y anestesia se confunden.
En los
últimos tiempos, se han buscado de fármacos que hagan disminuir al máximo la
percepción, y se han creado unidades médicas multidisciplinarias para el
tratamiento de la percepción y reconocimiento del dolor. Son las unidades
multidisciplinarias del dolor. Ha ocurrido así, porque las enfermedades que
producen dolor crónico han ido en aumento al alargarse la vida. La degeneración,
por ejemplo, de los sistemas osteoarticulares en Occidente hace que hayan
aumentado de una forma alarmante los dolores crónicos articulantes.